Kakucho Hitto

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Limpié la última mesa sucia del local donde trabajaba, de allí pasé a lavar y secar platos demasiado apurada ya que mi novio no me contestaba las llamadas ni nada y aunque quisiera irme corriendo no podía, debía valorar un poco mi trabajo

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Limpié la última mesa sucia del local donde trabajaba, de allí pasé a lavar y secar platos demasiado apurada ya que mi novio no me contestaba las llamadas ni nada y aunque quisiera irme corriendo no podía, debía valorar un poco mi trabajo.

Lo más seguro es que esté hundido entre libros y hojas estudiando, pero siempre me ha preocupado, más estos días que estaba algo enfermo y no le prestaba atención a su gripe que podía agravar. Se somete a tanta presión algunas veces y se pone peor.

- _____ te ves algo apurada. ¿Te ayudo? - la pelirosa se asomó por la puerta con un trapero en manos.

- Gracias Hina, pero en realidad ya terminé. - la otra apenas abrió los ojos y enmudeció.

Apenas coloqué el último plato me despedí a las carreras de Hina y busqué las llaves de mi moto para ir al apartamento que compartía con mi novio.

Tal y como pensé, toda la casa estaba a oscuras a excepción de la sala donde estudiaba, pero antes de entrar allí preparé un té para llevarle, al entrar me encontré con una pila de libros, folders, una tablet y el portátil. El pelinegro estaba con la cabeza hacia atrás, llevaba el cabello recogido con un gancho y con las gafas que utilizaba para estudiar.

Me le acerqué con el té en manos, corriendo una carpeta para dejar allí el vaso, acaricié sus mejillas acunándolas, su cuerpo se relajó en ese instante y acercó su rostro al mío para dejar un corto beso.

- Mi amor, llegaste un poco más temprano... - dio un sorbo a su bebida, a pesar del cansancio me miraba con ternura y acariciaba mi cabello.

Hablamos por un rato, yo también estoy en la uni, pero hoy no tuve clases, en cambio él si las tuvo y mañana tendría un buen paquete de exámenes y como siempre, se sentó a torturarse.

- ¿No quieres descansar un ratito? - besé su frente, me tomó de las caderas para ponerme sobre su pierna derecha.

- Tal vez un poco. - quitó sus lentes y soltó un suspiro para hundir su rostro entre mis pechos, me dediqué a darle un masaje a su cuero cabelludo.

Sus manos se mantenían en el mismo lugar hasta que sus pulgares apretaron con cuidado mis caderas y empezaron a subir y a bajar con más intensidad, subieron hasta mis pechos haciéndome suspirar, como la camisa que llevaba tenía escote, lo bajó para así dejarlos sólo cubiertos por el sostén.

- ¿Que haces? - murmuré con los ojos cerrados, dejándome llevar por el toque de sus suaves labios contra mi piel.

- Voy a relajarme un poco, ¿te molesta si te uso para eso?

- Para nada.

Dejó cortos besos y succiones por el inicio de mis pechos, con sus dientes bajó la tela del brasier mostrando uno de estos, pasando a darle un montón de besos, deslizar su lengua por este parando en mi sensible pezón y terminar succionándolo. Hizo lo mismo con el otro, luego de que mis senos quedaran algo colorados colocó su rostro entre estos, los apretó con sus manos y movió su cabeza de lado a lado, dejando ahora sí totalmente colorado mi pecho.

Tokyo Revengers +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora