V. YOU AND ME

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―LO SIENTO, ME ESTÁ COSTANDO ENTENDER ESTO ―dijo Jonathan Byers con desesperación―

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LO SIENTO, ME ESTÁ COSTANDO ENTENDER ESTO ―dijo Jonathan Byers con desesperación―. ¿Que está pasando en Hawkins? ¿Qué está causando los asesinatos?

Lizzie mordió sus uñas nerviosa mientras movía su pierna con intranquilidad. El corazón le latía a mil, hasta sintió que el azúcar se le bajó cuando escuchaba cada palabra atentamente de la señora.

―Eso queremos averiguar ―dijo la mujer frente a ellos.

―¿Y dónde está El ahora? ―cuestionó Simon.

―Por su seguridad, es mejor que no lo sepan.

―¡Tremenda mierda! ¡Pura mierda! ―exclamó Lizzie levantándose de repente y golpeando todo lo que se le cruzaba, parecía que en cualquier momento le daría un ataque sicótico y moriría.

―Este entrenamiento para recuperar sus poderes, ¿cuánto durará? ―volvió a preguntar Jonathan.

―Quizá semanas, quizá meses.

―¿¡Meses!?

―Hasta entonces, los agente Harmon y Wallace se quedarán aquí ―señaló a los hombres robustos de cada lado.

―¡No estamos en peligro! ―dijo Mike.

―¡Nuestros amigos viven ahí! ―exclamó Will.

―¡Nuestras familias viven allí!

―Intentaré controlar todo hasta que Eleven esté lista ―indicó la mujer―. Mientras tanto, es muy importante que no hablen con nadie sobre esto.

―¡No! ¡De ninguna manera! ―negó Mike.

―Sé que es difícil de entender...

―No, es imposible ―aseguró la rubia.

―Hay facciones dentro del Gobierno que trabajan directamente contra Eleven. Que, de hecho, la están buscando en este momento ―dijo firme―. No podemos arriesgarnos. Si se enteran de esto, Eleven estará en peligro. Y si Eleven está en peligro, sus amigos también, y sus familias.

Lizzie rió sarcástica; ―¿Entonces debemos confiar en que son los buenos? Sean quienes sean.

―Somos amigos de Owens. Eleven confió en nosotros, ahora le pedimos lo mismo a ustedes.

Le entregó una carta a Mike y el chico corrió a las escaleras para leerla. Lizzie caminó con rapidez hacia la cocina, para tomar un poco de agua y tragar unas pastillas para la ansiedad que justamente la estaba matando.

Observó a Simon en silencio, quien parecía igual o peor de preocupada que ella. Principalmente porque la familia del chico estaba en Hawkins, y era todo lo que tenía, lo entendía completamente y ahora se culpaba a sí misma por haberle pedido que la acompañara.

Una parte de ella también se arrepentía de haber ido, apenas la mujer que entró con los policías les contó sobre las muertes en Hawkins, Lizzie pensó en Max.

𝐅𝐄𝐌𝐄𝐍𝐈𝐍𝐄, will byers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora