VI. E PLURIBUS UNUM

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SEASON THREE

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SEASON THREE

𝕰 𝕻𝖑𝖚𝖗𝖎𝖇𝖚𝖘 𝖀𝖓𝖚𝖒

🔦📺📼⛓️

Lizzie.

-¿WILL?

Me comienzo a preocupar cuando veo a Will tocar su nuca y las luces comienzan a parpadear de forma desesperada.

-No te alejes de mi.- me pide mi novio a lo que asiento, colocándome a su lado-. Está aquí.

Todos comenzamos a caminar a lo largo del pasillo, en busca de Nancy y Jonathan. Ignorando a la enfermera del mostrador que nos exige que pasemos solo dos a la vez. Nos dirigimos al ascensor, pero nunca parece llegar, así que tomamos el camino más largo, de las escaleras.

No miento cuando digo que casi vomito al ver cómo mientras más caminamos por el pasillo nos cruzamos con muchísimas manchas de sangre, odiaba la sangre.

¿Estaría Billy allí? ¿Alguna de esta será su sangre? No quise pensar más.

Seguimos los gritos que nos conducen a Jonathan. Quien nos dice desesperado (y sudado, demasiado) que Nancy estaba allí adentro. Eleven consigue abrir la puerta de un salto con sus poderes y allí nos encontramos con la cosa más horrorosa que he visto en mi vida.

Tenía una imagen fija del Demogorgon, cuando luchamos contra él hace tres años, juraba que era la peor que había visto. Me di cuenta que estaba equivocada. Esta versión era peor, era como cinco Demogorgones juntos en uno, pero sin embargo, este... lo que sea, no tenía forma, solamente podías ver sus dientes y escucharlo gruñir.

Cuando Eleven tiró la puerta, hizo que el Demogorgon se moviera de izquierda y derecha, y de arriba a abajo. Logró expulsarlo por la ventana haciendo que éste se gimiera del dolor por la fuerza de los poderes de El. Cuando lo expulsó, Jonathan corrió para auxiliar a Nancy, y lo demás salimos fuera del hospital. Dónde allí, el Demogorgon se desvaneció en una alcantarilla como gelatina.

No volveré a comer gelatina en mi maldita vida.

(...)

Estaba parada mirando a un punto fijo junto a Nancy, Jonathan y Will, el último me sostenía de la cintura a su lado dándome pequeñas caricias. No lo había perdonado, para nada, no le iba a dar ninguna tregua, la verdad no sabía el futuro de nuestra relación ya, no habíamos terminado, pero prefería no dramatizar las cosas, no éramos muy de pelear y si lo hacíamos el enojo no nos duraba mucho hasta que uno se disculpaba. Así que, cruzada de brazos, esperaba a oír la disculpa de su parte por su estúpidez.

𝐅𝐄𝐌𝐄𝐍𝐈𝐍𝐄, will byers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora