II. NO WAY HOME

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SIMON INSISTIÓ EN ACOMPAÑAR A LIZZIE A CASA DESPUÉS DE SU CASTIGO

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SIMON INSISTIÓ EN ACOMPAÑAR A LIZZIE A CASA DESPUÉS DE SU CASTIGO. Debían de caminar bastante para llegar y no quería que caminara por el bosque sola, después de que la rubia le haya contado la verdad detrás de la desaparición de Will Byers. Y como ninguno tenía licencia o un auto, tuvieron que caminar por el largo sendero que los guiaba a la casa de Lizzie.

Y no solo le preocupara que le sucediera algo, también lo tenía inquieto que ella se haga algo a si misma. Luego de verla con sus ataques de pánico, llorar sin consuelo, saltarse comidas y no dormir por varias noches, le asustaba pensar que algo podía pasarle. Además después de que ella le había dicho (luego de un ataque) que a veces se culpaba a sí misma por la muerte de Billy, y que soñaba con seguirlo alguna vez.

Y Lizzie era su amiga, probablemente la única que tenía. No se llevaba con Mike, Dustin o Lucas fuera del Fuego Infernal, pero con Lizzie si lo hacía, le encantaba quedarse con ella charlando durante horas, escuchar música y mirar películas malísimas para luego criticarlas.

Y no, no sentía cosas por ella más allá de la amistad. Se sentía bien con ella pero no había forma que algo romántico entre ellos, se querían como buenos amigos. Ya saben, platónico con una P mayúscula.

Además se había cansado de oírla hablar de su novio Will todo el tiempo. Le parecía extraño que ya no lo hiciera, pero no iba a meterse en una relación que no era la suya.

Llegaron a su casa después de una hora. Notó como Lizzie se tensó rápidamente al ver todavía el auto de su padre allí, pues en la tarde continuaba trabajando y era raro que se cruzaran en el día.

Le tomó de la mano y la miró con preocupación.

―¿Quieres que te acompañe? ―cuestionó mirando la casa―. Porque lo haré si quieres.

Lizzie sonrió de manera sincera, eso causó una sonrisa en él también, eran pocas las veces que la veía sonreír.

―Está bien, te veré después del partido.

Ambos se terminaron de despedir y Lizzie entró a la casa en cuanto vio a Simon irse. Estaba bastante nerviosa, las cosas entre ella y su padre no estaban bien, en realidad jamás lo había estado, pero Susan era la única que sabía aliviar la tensión entre ellos dos, pero ahora ella y Max se habían ido también y se podía decir que ahora ambos podían pelear y maldecirse sin control.

―¿Papá?

Lo encontró en la sala, apenas la vió se tocó la cabeza angustiado pero a la vez aliviado, se veía nervioso y parecía desesperado.

Comprendió después su reacción, no tenía idea de su castigo y tampoco le avisó que llegaría tarde. Y luego de Billy, se había vuelto realmente controlador y le obligó a hacerle saber sus movimientos a cada hora de su vida.

―¿Dónde carajos estabas? ―dijo con su tipica voz dura―. Tuve que llamar a ese Harrington para saber si no estabas muerta en una zanja.

―Lo lamento ―respondió secamente―. Estuve donde Mike y me olvidé de llamarte.

𝐅𝐄𝐌𝐄𝐍𝐈𝐍𝐄, will byers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora