VI. THE NINA PROYECT

3.9K 332 223
                                    

―¡MIERDA! ¡MIERDA!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡MIERDA! ¡MIERDA!

¡Díos mío!

―¡Sigue presionando!

―¡No para!

―¡QUÉ PRESIONES!

―¡ESO HAGO!

Todos gritaban con desesperación mientras Lizzie y Simon hacían presión sobre la sangrante herida de bala que tenía el policía recostado en el suelo de la camioneta. Mientras Argyle maldecía en español sin dejar de conducir a rápida velocidad, sin saber exactamente a dónde.

Lizzie la verdad no tenía idea lo que estaba haciendo, jamás había intentado salvar un cuerpo y mucho menos había visto tanta sangre. Había hasta sacrificado su camisa favorita que usaba recientemente pues no había otra cosa para retener el sangrado además de servilletas. Obviamente no estaba acostumbrada a una cosa así, las heridas que ella se provocaba cuando se caían eran minimas a comparación de un disparo.

―¡Toma más servilletas!

Colocaron más servilletas sin dejar de hacer presión, pero cada vez el policía perdía más litros y litros de sangre.

―¡Argyle! ¡Llévanos al Santa María! ―le pidió Jonathan en un grito.

―¡No creo que rezar vaya a ayudarlo!

―¡No, idiota, el hospital Santa María! ―le gritó Lizzie.

―No... no ―el policía comenzó a negar, con las pocas fuerzas que le quedaban―. Al hospital no.

―¡Te llevaremos al hospital! ―le aseguró Jonathan.

―Deben... advertirle... a Owens. ―dijo con un hilo de voz.

―¡A Owens, sí!

―La chica... ―sangre comenzó a salir de su boca― está en peligro.

Lizzie y Mike se miraron aterrados, sabían que se trataba de El.

―¿¡Cómo encontramos al viejo!? ―cuestionó Simon, antes de que el policía cerrara los ojos.

―Nina...

―¡Nina! ¿¡Quién es Nina!?

―Un bolígrafo... toma ―Lizzie, aún con las manos llenas de sangre, agarró el bolígrafo que le extendía―. Éste es el número...

―¡Quiere escribir...!

―¿Llamamos a Nina?

―¡Will, agarra una revista o cualquier cosa!

―¡¡Está perdiendo mucha sangre!!

―¡Ahí está! ―Will le entregó una hoja de revista―. ¡Vamos! ¡Oye!

―¡¡Escriba el número!!

―¡Oye! ¡MÍRAME! ―rogó Jonathan gritando, todos comenzaron a llamarlo para que reaccionara, pero el policía cerró los ojos, ahora sin vida.

𝐅𝐄𝐌𝐄𝐍𝐈𝐍𝐄, will byers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora