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El viaje fue tranquilo y para antes de darse cuenta, ya habían llegado a su destino. Narcissa se había unido a ellos unos minutos después, mientras limpiaba sus lágrimas.
Al principio los chicos se habían confundido, puesto que se habían preocupado por la Black. Claro que después de varios minutos les había explicado sobre lo hablado con Andrómeda y como parecía que Dumbledore tenía espías en el tren, por lo que habían actuado como si Andrómeda hubiera ofendido y la tratara de mortifaga.
Claro que como todo animal, todos tienen orejas, incluso hasta las puertas del tren.
Cuando bajaron del tren, Severus se despidió acercándose a una mujer con aspecto cansado pero lo observaba sonriente. Rabastan y Rodolphus Lestrange se encargaron del equipaje de Narcissa y Bellatrix, claro que por insistencia, también de Linda. La castaña jugaba con sus dedos con nerviosismo, incluso llegó a morderse las uñas por los nervios de conocer a los Black, claro que se había reusado a morderlas de nuevo cuando Narcissa paso una cebolla por encima de ellas.
Al llegar donde los Black se encontraban, Narcissa corrió hasta su madre, quien apesar de lucir como alguien fría, una media sonrisa se formó en su rostro, para después volver a su posición aristócrata, cuando la rubia fue con su padre. Por otro lado Bellatrix solo asintio a su madre en forma de saludo para después dirigirse hacía atrás, para jalar a Linda junto a Regulus quien la había tomado de la mano, al notar su nerviosismo.
—No debes preocuparte por mis padres, ni por el padre de Reggie, mejor preocúpate por Walburga Black, ella si que da miedo—susurro Bellatrix cerca de su oído.
—¡Bella, no la asustes!—reprendio Regulus.
—¡Reggie!—la madre de Narcissa y Bellatrix sonrio—¿Cómo has estado, mi niño?—pregunto acunando el rostro de Regulus entre sus manos.
—Estoy bien, tía Druella—sonrió y beso su mejilla.
—Es claro el favoritismo—murmuro Lucius entre dientes, mientras observaba a su padre llegar.
—¡Oh Reggie! ¿Ella es nuestra invitada está navidad?—el Black asintio y la miro—¡Traela hacía aquí y presentamela quiero conocerla!
Linda se acercó con Regulus con cierto nerviosismo.
—Tia, Druella, tío Cygnus. Le presento a Linda Granger.
Ambos se miraron con rostro indiferente.
—Hija de muggles, supongo—Linda asintio—Mhm, para que seas amiga de Bella y de Cissy, debes tener algo que te haga especial—dijo Druella observandola—Interesante... Druella Black.
—Cygnus Black, señorita Granger.
Una calida sonrisa se formó en su rostro, tratando de ocultar su nerviosismo—Lady Black, Lord Black.—hizó una inclinación de cabeza.
—¡Ay, pero que dulce!—Linda se sorprendió del cambio de humor tan repentino de Druella—Dime tía Druella, cariño.
—¿Ese es el estúpido que tengo por sobrino?—preguntó Cygnus con odio latente.
—¡Cygnus!—regaño Druella con el ceño fruncido—¡Nada de esas palabras tan vulgares frente a los niños!
—Si, querida. Lo siento.
—¡Bien! ¡Así me gusta!—Druella sonrió—Ahora, Linda, algo que debes saber, es que en esta familia está prohibido mencionar a Sirius, no después de deshonrar el apellido Black, quedando en Gryffindor.
—¡Oh, madre! No te preocupes, a Linda no le agrada Sirius, ni mucho menos Potter. No después de que la siguieran por todo el colegio. —comento Narcissa.
—Oh, pero que descarados, no deberían asustar a una niña que apenas se va intrigando en nuestro mundo. Ven querida, tu también Cissy, ambas aprenderán está navidad a defenderse, así como Bella mi Andy. —las abrazo a ambas por los hombros.
Algo que hizo que linda se sintiera mal fue haber escuchado al padre de Lucius, mientras esté la miraba con pena.
—Te quiero lejos de esa sangre sucia. Los Black podrán aceptarlo, pero los Malfoy no. Espero lo entiendas Lucius, no quiero usar el cruciatus contigo ahora con tu madre en cama.
