𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐞𝐢𝐬

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—Este es el vestido más incómodo que he usado en mi corta vida

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—Este es el vestido más incómodo que he usado en mi corta vida. —dijo Linda mientras se observaba frente al espejo de cuerpo completo en la habitación de Narcissa.

—Linda. —Narcissa se acercó por detrás de la castaña dejando sus manos sobre sus hombros. —Es la fiesta de año nuevo, el profeta estará aquí y tomarán la foto familiar. Tu estarás ahí y bueno, no es que nunca luzcas presentable, es solo que, ya sabes, la gente crítica mucho...

—Se lo que quieres decir Cissy. No te preocupes, pero, ¿No hay algo menos incómodo? ¿Algo que al menos me deje respirar?—Linda fijo su vista en Narcissa, quien la observaba a través del espejo.

—Creo que tengo algo. —Narcissa asintió para si misma, mientras se alejaba de la castaña y caminaba hasta su clóset, que más bien, parecía una habitación.

Linda suspiro, bajo la mirada y observo el brazalete que adornaban su muñeca derecha. La inicial de Regulus adornaba aquel maravilloso regalo para ella. Llevo su mano hasta su cuello y sonrió al sentir la falta de presencia de su cadena, que ahora, le pertenecía a Regulus, con su nombre en ella.

Ellos, aunque todavía no lo supieran, estaban hechos para estar juntos. Siempre.

Si destino estaba escrito desde el primer momento que sus ojos se encontraron en el vagón del tren. Sus corazones ya tenían nombre. Y era el de ellos. Aunque intentarán separarlos, ellos siempre volverían al otro, porque sus corazones así lo decidieron.

Ambos eran aquella pieza faltante en la vida del otro.

Ambos se pertenecían en todos lo sentidos posibles desde que se conocieron.

Pero aún no era tiempo de que su alma se compartiera y se convirtiera en una sola.

—¡Encontré algo que podría gustarte!—escucho el grito de Narcissa desde la habitación donde se encontraba toda ropa que le pertenecía. —Si, creo que esto podría gustarte. —dijo la rubia saliendo de aquella habitación y caminando hacia Linda. —Anda, pruebatelo.

La castaña asintió tomando la ropa que Narcissa le ofrecía. Sabía que decirle a la rubia Black que no, cuando le ofrecía una prenda que se aseguraba era perfecta para ella, era un juego en el que perdería, pues siempre, si o si, Narcissa Black tenía la razón.

—Sabes que Sirius estará noche aquí, ¿Cierto? —la voz de Narcissa la hizo mirar hacía la puerta del vestidor, aunque sabía que ella no podría verla. —Podrías pasar el resto de los días que quedan conmigo, Bellatrix y mis padres antes de que tengamos que volver a Hogwarts. —espero varios minutos antes de que la castaña respondiera, escuchando un suspiro en aquel vestidor.

—Estaré bien Cissy, no debes preocuparte. Además, debo empezar, según Walburga, a defenderme, así que, encontrarme con Sirius no es una opción ni una oportunidad.

—Estas de suerte entonces, porque mamá y la tía Walburga quieren que aprenda a defenderme de forma muggle. Dicen que es un movimiento que ningún mago esperaría. —Narcissa jugaba con la tela de una de sus almohadas de seda, esperando a que Linda saliera del vestidor.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄; Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora