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—¿Crees que papá este bien?—pregunto el pequeño Damian de once años años.
—¿Solo te preocupa papá? ¿Que hay de mamá? Ella se a preocupado más por nosotros que ese hombre—pregunto la pequeña castaña de ocho años dejando sus acuarelas de lado.
—Mama es muy simple, se la pasa discutiendo con papá por tontadas.
—Ese hombre es malo Dami, siempre pelea con mamá porque si, además yo lo he visto besar a otras mujeres cuando va por mi al colegio.
—Papa no es malo, es... difícil.
—Claro. —respondio Linda queriendo no discutir con su hermano.
—¡ERES UN COMPLETO IDOTA!—grito su madre desde fuera de la habitación.
—Mama no debería gritarle así a papá—salio de la habitación con Linda detrás de el tratando de detenerlo.
—¡MIRA QUIEN LO DICE, LA QUE SE LA PASA HACIENDO PURAS ESTUPIDECES!—grito su padre dando media vuelta sin darse cuenta de la presencia de sus dos hijos.
Su madre tomo la plancha para la ropa y se la tiró directo en la espalda, varios pedazos salieron volando en varias direcciones. Su padre enojado se dió media vuelta, para después tomarla del cuello y elevarla unos centímetros separada del suelo.
—¡Eres una idiota! ¡Ella es la mujer que amo, tu vales una mierda!—y eso hizo que la mirada de Damián cambiará totalmente—¡Yo te trataré como la perra que eres!—y sin más la tiró al suelo poniendo su pie en el cuello de su madre.
—¡Bas...ta!—hablaba entrecortada su madre al no poder respirar.
—¡Yo soy el hombre aquí! ¡Tu no tienes el derecho de reclamarme nada! ¡No cuando tú sales con tus amiguitos!—quito su pie del cuello de la mujer y sin más hizo algo ocasionando que los pequeños de ocho y once años se asustarán... La golpeó en el estómago repetidas veces.
Linda apesar de ser la menor abrazaba a Damián, mientras ella sollozaba y el lloraba en silencio. Para Damian su padre había sido como su héroe por años pero ahora era completamente un extraño.
—¡Mis hijos sabrán la clase de madre que tienen! ¡No dudes que llevaré esto ante un juez!—y nuevamente la golpeó en el vientre saliendo por la puerta de la casa azotandola.
—Mama...—se acercaron a ella rápidamente una vez ese hombre estuvo fuera de su vista.
Su madre los miro con preocupación. Linda dirigió su mirada hacía las piernas de su madre y descubrió que sangre salía de sus partes íntimas... Oh no...
—¡Linda!—exclamo su compañera de cuarto sobresaltandola.
Miro a su lado y vió a Narcissa y a Bellatrix viéndola preocupadas, no sabía en qué momento pero había empezado a llorar, acercando sus piernas a su pecho. Las hermanas Black rápidamente se acercaron a ella abrazándola por los hombros.
Linda no hablo en lo que quedaba de la noche, y ellas tampoco se animaron a preguntar, solo observaron como su amiga se desahogaba. En el algún punto de la noche escucharon a Linda susurrar:
