1.ABISMO

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– Obito, ya basta idiota, ven conmigo – le extendía la mano el muchacho de cabellos dorados al joven que era el actual Juubi, el tomo su mano y todo se arremolino en su mente.

De un momento a otro el Uchiha vio que su vida era consumida por su antiguo mentor, aún le quedaban fuerzas y aire en los pulmones para vivir, sin embargo, Zetzu se fusiono con él para intentar controlar su débil cuerpo ante la carencia de energía.

Todo paso muy rápido, perdió el conocimiento y junto con él su Rinnegan, de pronto se vio luchando contra Kaguya apoyando a Naruto, Kakashi, Sakura y Sasuke. Derrotaron a Kaguya, quién había tomado la vida de Madara.

Madara, el causante de que su preciada vida diera un vuelco a la oscuridad ahí estaba desintegrándose lentamente frente a sus ojos, su corazón dolió al ver que nada pudo hacer para vengar la memoria de Rin, se cuestionó si realmente Madara era el único culpable de sus acciones, sonrió amargamente. Culpar a ese viejo Shinobi podría ser la opción más facilista, él sabía que su voluntad no había persistido ante la opción que le ofrecía el viejo Uchiha, toda su vida, sus hermosos años de juventud dedicados a ser otro hombre, sin identidad, sin sueños, solo con un corazón roto a cuestas que movía un sentimiento de odio y con la ilusión que todo su esfuerzo sería recompensado con esta utópica idea de un sueño ideal para todo el mundo, donde no volvería existir nunca más la tragedia. Sintió como su boca se secaba y unas ganas de vomitar por almacenar tantos pensamientos inestables.

Obito se acercó a Madara, yacía tan frágil, removiendo su Rinnegan, una idea vaga iba guiando sus acciones.

Sabía que el camino por el cual había caminado no era correcto, pero realmente dentro de su corazón deseaba que el plan Ojo de Luna fuese real. Aquel sueño de volver a ver a Rin, disfrutar nuevamente de su candidez y también de sus viejos amigos; Kakashi, su sensei su violenta esposa ¿y por qué no? Haber compartido con Naruto, quien se había ganado su respeto.

Obito busco con la mirada a la muchacha de cabello rosa, al mirarla recordó a su antiguo amor. El motivo de iniciar un cambio a esta realidad shinobi, un sistema obsoleto que solo llevaba a perder vidas inocentes. Estaba de acuerdo con Naruto, había equivocado su camino, y opto por lo más simple, quizás si hubiese sido Hokage podría podido lograr cambiar el sistema ninja que tanto le decepcionaba. Pero lo hecho, hecho estaba. Había sobrevivido a esta guerra, pero el futuro que le aguardaba era probablemente más oscuro que la misma muerte: Humillación, soledad y tristeza. Sabía que Kakashi y Naruto podrían apoyarlo. Pero eran dos almas contra todo un mundo ninja que lo detestaba. Medito con tristeza que probablemente lo mejor habría sido morir a manos de Madara o Kaguya.

La muchacha de cabello rosa ¿Sakura?, si, ese era su nombre, le había recordado tanto a su querida Rin, facciones delicadas, mirada decidida y ese toque angelical capaz de curar corazones con sus manos cálidas. La inestabilidad mental de Obito sumado a la soledad que comenzaba a atormentar a su maltrecho corazón busco aferrarse a una nueva luz, Sakura Haruno, las similitudes con Rin convencieron al atormentado hombre que era suficiente para él, ese pensamiento se materializo en su corazón como un anhelo de compañía; tantas cosas que no pudo vivir por caminar ciego por la oscuridad persiguiendo una luz de esperanza que no existía. La quería para él, sabía que era mucho pedir, pero no deseaba sumergirse, nuevamente en el abismo. Su corazón no podría soportar nuevamente estar solo y sin la esperanza de algo mejor, quería al menos saborear una vez en su vida la felicidad, su deseo se volvió ferviente y se estableció como meta tener a la pelirosa junto a él. El la haría feliz, porque tenía tanto amor que entregar y más importante lo necesitaba, estaba sediento de afecto.

En un momento de lucidez, se cuestionó mentalmente si esto era lo mismo que buscaba con Madara. No, esto sería real, ella le entregaría afecto, pudo sentir en ella su mirada sincera de preocupación cuando el forzaba su Sharingan, realmente sentía preocupación por él. El deseo de tenerla a su lado lo llevo, sin darse cuenta, a acortar la distancia entre ella. Kakashi se giró al ver a su amigo.

– Obito – sonrió levemente al verlo – Que gusto tenerte de vuelta... amigo- Obito se encogió de hombros y le regreso la sonrisa.

– Kakashi, quiero regresarte algo que es tuyo – le extendió su mano, en la palma estaba el Sharingan. – Tu regalo de cumpleaños, no hagas tal de despreciarlo – le dijo en un tono sarcástico, el peliplateado se sorprendió de la ocurrencia y tomo atención de la mirada de su amigo, él tenía el Rinnegan en lugar del Sharingan – Obito, pero tu...- Kakashi se cuestionó en su mente el regalo de su amigo. Obito se acercó al peliplateado lo suficiente para estar a unos centímetros, la acción sorprendió al hombre del cubrebocas y sin poder prever la acción del azabache observo sus orbes en forma inconsciente, su mundo se volvió obscuro y su conciencia se apagó.

Sakura al ver que su sensei estaba dentro de un Gengutsu provocado por Obito se volvió a la defensiva y le grito.

–¿Qué diablos sucede contigo? ¿¡Qué le haces a Kakashi - sensei !? – bramo desde su lugar mientras buscaba con la mirada alguien que le pudiera prestar apoyo, pero los antiguos Hokages ya se habían esfumado, estaba sola con Obito.

– Tú– apuntándola­­– Sakura, quiero le trasplantes este ojo, es mi regalo, no le haré daño, descuida. Solo que no tengo paciencia para dar explicaciones – Trato de tranquilizar a la joven que lo miraba de forma desconfiada.

–¿Por qué tienes el Rinnegan? – preguntó continuando las dudas de su maestro Kakashi.

– Haz el trasplante o lo haré yo y no seré tan cuidadoso – Sakura apuro el paso, tomo el Sharingan de la mala forma de la mano de Obito, removió el ojo de Kakashi aplicando jutsu médico.

Obito la observo con detención, recordaba cuando Rin había hecho lo mismo con él, esta vez una bella pelirosa imitaba el mismo ejercicio.

– Hecho, puedes quitarle el Gengutsu a Kakashi sensei, por favor – dijo en un tono molesto mientras tronaba sus dedos. Obito esbozo una sonrisa al ver a la muchacha molesta, tenía un carácter fuerte y eso le agradaba, Rin también hacia lo mismo, cuando se molestaba tomaba esa postura seria que era imposible de llevar la contra.

– Aún no. Primero vendrás conmigo – El hombre se acercó a la pelirosa quien sorprendida de las palabras de Obito retrocedió un par de pasos en forma inconsciente.

–¡¿Qu... que?! ¿Por qué debo ir contigo? – antes de recibir una respuesta Obito le tomo el brazo con fuerza a lo que ella soltó un pequeño grito, todo a su alrededor se esfumo y sintió como todo a su alrededor daba vueltas, cerro sus ojos incapaces de soportar el torbellino de sensaciones y antes que pudiera experimentar nauseas sintió sus pies nuevamente en tierra firme, se encontraba en esa dimensión que ya conocía, aquel lugar oscuro, de múltiples bloques, una imagen repetitiva por donde quiera que mirara. Obito soltó a Sakura del brazo, ella inmediatamente se alejó de él.

– Vendré luego, te pido paciencia – Ordeno Obito – Espero no tardar ...demasiado – Dijo mientras le daba la espalda.

– ¡Es...espera! ¿Por qué me traes aquí? ... ¡Pensé que estabas de nuestro lado! – balbuceaba la joven visiblemente confundida con todo lo que sucedía.

El joven se mantuvo en silencio y la miro de reojo, sonrió levemente al ver su rostro, pronto estaría con ella, solo debía sumergir a todos en un Gengutsu tan poderoso, borraría de sus mentes a Sakura y su propia existencia. Así nadie los buscaría. Con el Rinnegan podría amplificar su poder, le tomaría tiempo, si, y probablemente quedaría agotado. Pero valía la pena si era para poder vivir una nueva vida junto a esa bella mujer. Su segunda oportunidad.

Yandere (Obisaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora