La noche estaba agradable y silenciosa, las nubes se movían al ritmo del viento, los cabellos rosas de Sakura ondeaban con delicadeza sobre su rostro, ella ordeno su cabello atrás de su oreja, sonrió al chico frente a ella parecía haber escuchado una mala broma y debía rectificar, preguntó con calma.
–¿Qué has dicho? –
- Sakura, eres libre. Puedes volver a Konoha, deshice el Gengutsu...puedes tener tu vida de regreso- El rostro de Sakura palideció y como si algo en su interior se hubiese activado se levantó de inmediato y sin titubeos se acercó a Obito, para su sorpresa, lo abofeteo.
- ¿Qué? ¡Esto es una broma! - preguntó con enojo la pelirosa mientras sus ojos se aguaban por las emociones contenidas – ¿Obito, dé qué estás hablando? – exigió
– Perdóname, Sakura- giro su rostro nuevamente hacia ella, el golpe de la joven se mantenía marcado aún en su mejilla- los recuerdos no me dejan vivir en paz junto a ti... – intento explicar- mi alma nunca podrá estar tranquila si no hago algo con estas voces internas, si sigues a mi lado podrías ser lastimada – coloco su mano en su pecho a la altura de su corazón y apretó con fuerza como si doliese.
- ¡¡¡Obito!!! Me acabas de decir que me amas, estoy contigo ... ¿por qué ...por qué haces esto?
– Sakura, lo intenté, por favor créeme, yo no quería decirlo, pero no pude evitarlo – susurro casi en una súplica - Cada noche que estoy junto a ti no puedo disfrutar tu compañía; mis recuerdos ... me atormentan y no puedo perdonarme a mí mismo por todo el daño que te hice... yo – su voz comenzaba a quebrarse – espero algún día me puedas perdonar, fui tan egoísta incluso contigo, la única persona en este mundo que me ha mostrado amor.
Sakura se llevó sus manos a su boca y lloro en silencio, ese sentimiento que ella tenía era real y estaba relacionado con Obito, inconscientemente sabía que algo andaba mal con él y ni con todo su cariño podría retenerlo junto a ella.
– Kakashi me dijo "haces todo al revés" y creo que es cierto, si te hubiera conocido en otras circunstancias quizás habrías aceptado ser mi amiga... pero tuve que hacerlo a mi manera, te forcé a estar a mi lado pese a que amabas a Sasuke. Probablemente nunca te hubieras fijado en mí – dijo con un aire de tristeza, ahora que lo decía en voz alta le sonaba más lógico, Sakura nunca le había prestado atención. El, un hombre roto y desfigurado, no tenía nada bueno que ofrecer además le doblaba la edad. Que iluso, ella jamás de los jamases se habría volteador a mirarlo, aunque hubiese aceptado quedarse en Konoha. Lamentablemente Obito estaba acostumbrado a tomar las cosas, el estilo de vida que eligió distaba mucho del esfuerzo y la perseverancia. Tomar, arrebatar y forzar, Sakura no fue la excepción a esa regla que Naruto le recordó estaba errada. Por ese motivo no pudo convertirse en Hokage, había perdido la voluntad de Fuego y tras seguir los planes de Madara solo causo desdichas y muertes a su paso.
Él tenía miedo de lastimar a Sakura, era demasiado el tormento arraigado a su corazón y cada día parecía querer salir a flote, pero él también tenía miedo, miedo a que Sakura cambiará de opinión sobre sus sentimientos, y se diera cuenta que todo lo que sentía era ficticio y solo era la consecuencia de haber sido retenido conta su voluntad, el cautiverio termino por crear un lazo forzado hacia su captor, realmente era algo tan enfermo.
Sakura limpió con el antebrazo las lágrimas que resbalaban incesantes por su rostro, pensaba en las palabras de Obito. ¿Ella se habría enamorado de él en otras circunstancias? no lo sabía. No quería pensar en otras posibilidades ya que solo importaba lo que sentía en este momento, de sentirse la mujer más enamorada ahora era la más desdichada.
- Tú lo dijiste Sakura, debo buscar la forma de enmendar mis errores, vagaré por un tiempo intentando encontrar calma, no estoy seguro cuanto me llevará, pero quiero que seas feli-...
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Yandere (Obisaku)
RomanceHabía sobrevivido a esta guerra, pero el futuro que le aguardaba era probablemente más oscuro que la misma muerte: Humillación, soledad y tristeza. La quería para él. Sabía que era mucho pedir pero no deseaba sumergirse, nuevamente, en el abismo, qu...