16:Conociendo el otro lado de la Familia

306 21 3
                                    

Mori miraba a la pequeña quien vagaba por toda la oficina, desde que despertó se veía muy ansiosa y era claro el hecho que quería ver a su padre.

- Pequeña por qué no descansas un poco - dijo mientras se acercaba a la pequeña, causando que está se alejara al instante.

- Quiero ir con papá - dijo lo más fuerte que pudo, sabía que ese hombre era peligroso, su padre se lo dijo muchas veces.

- Dime no te gustaría probarte algún vestido - la pequeña miro la ropa con desagrado y molestia, ella no solía usar vestidos, eran incómodos y poco prácticos.

- No, Kyoko quiere ir a casa - dijo mientras ponía más distancia, pero esta vez con miedo en la voz

- ¿Que tal un dulce? - dijo señalando la mesita de postres, la pequeña miro con desconfianza, estaba a punto de llorar, pero aún no era el momento de mostrarse débil ante él.

- No, Kyoko quiere ver a papá - dijo mientras se ponía entre él y la mesa de dulces, quería algo que delimitara el espacio entre ellos

- Vamos pequeña no me tengas miedo, ven vamos a divertirnos - dijo mientras mostraba una muñeca de porcelana, la niña solo corrió hacia el gran ventanal.

- Deja ir a Kyoko – dijo con lágrimas cayendo por sus mejillas se veía aterrada, solo conocía al hombre por lo que le había enseñado su padre, el solo saber que era un ser malo que le aria daño no era de mucha ayuda.

- Que te parece dibujar un poco - dijo tras acercarse a su escritorio y sacar una caja de crayolas la pequeña había aprovechado para correr a la puerta, pero no podía abrirla.

- No, por favor deja ir a Kyoko, Kyoko es una niña buena que obedece a papá - trataba de calmar su llanto, pero no podía se encontraba "asustada".

- Entonces tal vez te gustaría leer un libro - la pequeña no tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió algo conteniéndola, era la habilidad de Mori, la pequeña sin saber qué hacer y ya entrada en pánico comenzó a hacer flotar todo en la habitación anulando a Elise.

Todo calló al suelo al escuchar la puerta abrirse y ver a una mujer con kimono entrar, Mori avía caído de rodillas se encontraba sorprendido, ella sería un arma muy peligrosa si no se controla.

- Quiero a mi papá - lloro en voz alta, la mujer trato de cargarla para calmarla, pero está se alejó corriendo y se colocó en una esquina mientras se ponía en cuclillas y cubría su cabeza con ambas manos.

- Tranquila dulzura, no te aré nada, yo soy la hermana mayor de tu madre, y él es la persona que crío a tu padre - dijo con dulzura mientras se ponía enfrente de ella extendiendo sus brazos.

- No es verdad, papá me dijo que era un hombre malo que me lastimara y me utilizaría para hacerle cosas raras a Kyoko - dijo entre sollozos hasta que algo paso por su cabeza.

Kyoko era consciente de que ella no tenía mamá y lo que dijo aquella mujer solo la estreso más, decidió subir por la pared y sentarse en el techo, era demasiado alto y pensó que no la alcanzarían.

- Ella tiene su habilidad - dijo la mujer al ver a la pequeña, ella quería salir de ay lo antes posible y seguir el plan que practicaba con su padre parecía no funcionar.

- Yo sé quién eres, aún no sé por qué tienes a Kyoko aquí, pero quiero ir a casa con papá - le gritó la pequeña a la pelirroja, quien solo trataba de entretener a la joven.

- Dazai no te enseño modales - murmuró la mujer ya cansada, la pequeña era linda, pero tenía muy mal genio, le recordaba por momentos a Chuuya.

- Si, y también a defenderme de personas malas y mentirosas - dijo mientras les sacaba la lengua, ya no estaba tan ansiosa ahora parecía molesta.

Un Amor Marchito - SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora