Dazai Osamu ex miembro de la
PorfMafia se encuentra delante de un nuevo reto, la paternidad, podrá hacerse cargo de una pequeña vida mientras evita a la Mafia y ayuda a la Agencia Armada de Detectives.
También podrá detener a la nueva organización q...
Dazai sentía que se iba a desmayar en cualquier momento, Kyoko había despertado su habilidad, con dos años tenía una habilidad muy peligrosa que ponía en juego todos los planes de esconderla que Dazai había creado.
- No esperaba que tú despertar fuera una singularidad contradictoria - siempre pensó que su habilidad hereditaria sería indignó de ser humano por qué era más " fuerte " que corrupción o incluso que se anularían entre sí por ser incompatibles, después de todo solo era una posibilidad nula incluso con dos padres con habilidad.
Fue un grabé error, no pensó que su hija tendía el control de la gravedad y la posibilidad de anular a otros.
¿Cómo lo descubrió? Una mañana la pequeña que se encontraba con una temperatura muy alta, tras un rato había hecho flotar todo en el departamento, a excepción de él, en cambio a intentar anular su habilidad esta no mostro algún cambio, al inicio pensó que solo era inmune pero no podía confirmarlo del todo.
En el presente, Dazai había averiguado algunas cosas de su habilidad, cosa que lo preocupaba cada vez más, no podía controlar las acciones ni el entorno de su hija, lo único bueno era que solo estaba afectando los entornos que su vista alcanzaba a ver, cosa que descubrió a tiempo.
- ¡Kyoko baja eso! - todo lo que estuviera dentro de su campo o tocará algún objeto dentro de su radio de gravedad se verían afectados, algunos podían ser ligeros y otros podían sen mucho más pesado, así como también anularían las habilidades.
Dazai corría de un lado a otro tocando los objetos, pues a pesar de que no le afectará la habilidad de su hija, solo podía anular los objetos que flotaban a su alrededor.
- Creo que no podré trabajar por un tiempo - dijo tras cargar a su hija quien solo jugaba a hacer flotar todo lo que tocará.
Dazai coloco a la pequeña en su corral para tomar su celular y llamar al número de Kunikida, no podría dejar a su hija en la guardería, ni mucho menos con una niñera.
- ¡Dazai en donde demonios estás! ¡Llevas 4 horas, 34 minutos y 12 segundos de retrasó! - se escuchó un grito tras contestar la llamada, solo tenía medio año trabajando y ya tendría que pedir unas semanas de vacaciones.
- Kunikida Kun, por un tiempo no podré asistir a trabajar, tengo un asunto de suma urgencias - trato de explicar, cosa que no sirvió de nada.
- Si no estás aquí en los próximos minutos yo te ...- Dazai colgó la llamada, después de esa charla decidió que se tomaría los días libres a voluntad propia.
- Ahora, como solucionamos es... to - Dazai buscaba con la mirada a la pequeña que había colocado en su corral hasta que miro hacia arriba, su hija caminaba por el techo, esto frustraba cada vez más al castaño.
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Cada día se hacía más estable su habilidad, al inicio solo era por momentos, ahora podía ser durante 30 minutos o cuando sentía algún tipo de emoción fuerte, cosa poco común.
