♠️ CAÍMOS EN LA TENTACIÓN ♠️
—Leo....—pronuncio entre un suave gemido, mis dedos siguen en mi intimidad, entran y salen a mi gusto, su mirada hace que me sienta más excitada, con mi otra mano atiendo a mis senos, disfruto de mi toque, mientras lo miro.
Mientras disfruto de mi excitación y de su mirada llena de lujuria puesta en mí.
—Mierda. —susurra, entonces da la vuelta, escucho como cierra la puerta y en un momento más estoy siendo jalada de mis tobillos hasta la orilla de mi cama. Mis ganas de tenerlo entre mis piernas se apoderan de mí.
Se apodera de mis pechos, sus grandes manos masajean y le dan la debía atención que se merecen, sus labios se posan en mi abdomen, mi mano derecha es alejada de mi intimidad, sus besos bajan poco a poco, hasta llegar a dónde ruego ser besada y tocada.
Sus labios de posan en mi monte de venus, suelto un jadeo...otro jadeo, joder esto es maravilloso, sus manos comienzan a bajar y entonces introduce un dedo, comienza...después mete un segundo dedo, joder...
—¡¡Ah!! Leonardo...mierda.—suelto un poco fuerte, agradezco que no haya nadie en mi casa.
Sus dedos salen para darle paso a su legua, y joder que lengua, hace maravillas, sé que no voy a resistir mucho, lo sé, sus manos vuelven a mis pechos, sus roces en mis pezones, mis manos se colocan en su cabello, jalo del quiero sentirlo más, me levanto un poco, quiero observarlo, la imagen que obtengo frente a mí es maravillosamente excitante, sus ojos chocan con los míos y con eso tengo suficiente, jalo fuerte de su cabello y llego a la cima.
Mi respiración está descontrolada al igual que la de él, se aleja de mi en cuestión de segundos, mi mirada baja y se encuentra con su bulto, mi excitación vuelve en tiempo récord. Me levanto y camino hacia él.
—Maia...—advierte excitado.
Sin embargo, a mí me gusta el peligro, y quiero sentirlo, tanto que no me importa el riesgo. Quiero lanzarme al peligro junto con él, quiero sentir la adrenalina entre sus caricias, lo quiero a él.
Mis manos se posan en sus hombros, comienzan a bajar, comienzo a deshacerme de su camisa, botón tras botón, se la quito con mis manos doy un recorrido por todo su abdomen, brazos, acaricio y beso su cuerpo.
Sus labios...los necesito, mi boca se encuentra con la de él. Mis manos bajan a su bragueta, comienzo a quitar lo que me estorba, mi lengua y la suya hacen una danza, sus manos se aferran a mis caderas, mi mano se adentra en su bóxer apoderándome de su miembro y comienzo a masajear, su agarre se vuelve más fuerte, su boca se separa de la mía, sus ojos se cierran y suelta un jadeo.
Saco mi mano, lo llevo a la cama, le despojo los pantalones junto con su bóxer. Queda totalmente desnudo ante mí, es una maravillosa vista, él se encuentra sentado, poco a poco me voy arrodillando frente a él. Quiero arriesgarme
No es la primera vez que lo hago, pero se siente como si lo fuera, tomo su miembro entre mis manos, le echo un vistazo a su cara, está tan excitado, sin pensarlo depósito un beso en su glande, mi lengua recorre su longitud una y otra vez, abro mi boca para comenzar a metérmelo, es grande, no creo que me quepa todo, mi mano les da atención a sus testículos. Suelta un jadeo, y sé que lo estoy haciendo bien cuando sus manos se posan en mi cabello y jala de el una y otra vez.
No sé cuánto tiempo pasa, hasta que siento como sus músculos se tensan y se viene en mi boca. Lo trago todo sin pensarlo, y le doy las últimas lamidas a su longitud, me comienzo a levantar lentamente, él está rendido en la cama, pero su mirada se encuentra con la mía, le sonrió atrevidamente y caigo encima de él.
—Leo...—susurro junto a su oído. El solo hace un sonido tan excitante. —quiero que me folles. Que me folles duro, sin piedad alguna. —suelto mientras mis manos navegan sobre su tonificado abdomen.
Su mirada recae en mí, sé que no le parece una buena idea y a mí tampoco, pero el deseo que tengo hacia él es tan fuerte que no sé cómo deshacerme de el.
—Solo una vez, sé que tú igual quieres. Solo será sexo, solo esta vez...por favor. Solo hazlo, solo follame. —sus manos se aferran a mi cintura, me gira haciendo que él quede encima de mí.
Sus labios se posan en los míos y nos comenzamos a comer, sus manos suben a mis pechos una vez más, luego bajan a mi sexo, lo acaricia sin dejar de besarme.
Me separó de él, busco un condón y se lo coloco en tiempo récord. Sin más preámbulo se coloca en mi entrada y comienza a penetrarme lentamente. Sus ojos grises se quedan fijos en los míos, su mirada me hace tener una excitación insuperable. Me besa una vez más con intensidad.
—No eres...—habla en medio del beso. Niego. Se a que se refiere.
—No...—susurro besándolo con más ganas, sus movimientos son lentos. Necesito más. —Mas rápido... —suplico.
Comienza a mover sus caderas más rápido, adentro y afuera es una sensación maravillosa e insuperable. Sus labios bajan depositando besos en mi cuello, pecho, senos. Suelto un jadeo cuando la velocidad aumente, me levanta de la cama mis manos suben a su cuello rodeándolo, mis piernas se aferran a sus caderas, me pega a la pared y la velocidad aumenta. Sus estocadas son más fuertes, grito, jadeo.
—¡¡Ah!! Leo...así, necesito más de ti...así, sigue así —mis súplicas son concedidas, su velocidad aumenta y llegan hasta lo más profundo cada estocada.
Sé que no durará más así que lentamente me separó de su pecho y lo empujó haciéndole saber que lo quiero en la cama, quiero montarlo. Quiero que lleguemos juntos mientras estoy encima de él.
Quiero terminar encima de él, me entiende en seguida y sin más comienzo a moverme, se apodera de mis pechos, los lame, muerde a su gusto, yo subo y bajo a la velocidad que me da la gana, él suelta un jadeo, y sé que está por terminar al igual que yo.
—Joder...Maia...voy a....—su voz ronca me avisa que no tardará mucho. Su voz.
—Hazlo, hazlo junto conmigo, hazlo conmigo encima... —lo beso ferozmente.
Unos últimos movimientos y nos venimos juntos. Se deja caer conmigo a horcajadas en la cama.
—Fue...wow....increíble. —suelto en voz baja, tratando de controlar mi respiración.
—Lo fue...fue más que eso...fue exquisito, mierda Maia eres increíble. —dice con su voz ronca y acelerada.
Fue mucho mejor de lo que me imaginé, fue mejor que cualquier otra follada que me han dado, supero a cualquiera.
Después de que nuestras respiraciones se calman me levanto poco a poco y me encamino a la ducha, sé que esto no se volverá a repetir, fue increíble, sin embargo, no puede volver a pasar.
Es el mejor amigo de mi padre, me vuelvo a repetir, es imposible volver a tenerlo entre mis piernas.
ESTÁS LEYENDO
Mayor que yo
RomanceLIBRO UNO Maia, una joven de diecinueve años, queda flechada por Leo un hombre veinte años mayor que ella. ¿Veinte años será lo que realmente los mantiene alejados?