XX

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♠️  CRUZAR LA LINEA  ♠️

Pierdo el hilo de mis pensamientos imaginandome cosa muy inapropiadas con mi profesor. 

—Es una fuerte tentación, tenerte cerca. Intento evitarte para poder controlarme, porque si, lo hago diariamente...  

Me relamo las labios y trago grueso.  

—Tengo un deseo tan grande por ti, que ahora mismo podría quitarte la ropa y acabar con el, sin embargo, no lo haré, no lo haré porque... —lo interrumpo, no necesito escuchar más.  

—Hazlo —me limito a decir acercándome más a él.  

—Maia si lo hago no habrá vuelta atrás, si lo hago quedré más de ti, y no solo hablo de sexo, si lo hago cometeré un error...  

Lo interrumpo nuevamente tomándolo de los hombros y haciendo que nuestros cuerpos se rocen entre sí.  

—Hazlo, quiero que me quites la ropa que tengo puesta poco a poco. Y que me hagas todo lo que quieras hacerme, todo lo que te has imaginado...todo sin excepción alguna.  

—No me tientes, Maia. —su respiración se encuentra más acelerada. 

—Puedes hacer lo que quieras conmigo, tienes mi permiso. Estoy a completamente a su disposición. 

No necesita más palabras por mí parte, se lanza a mi boca sin pedir permiso, sin aviso alguno.

Nuestras bocas se conocen por primera vez, su tacto me enciende y no sé si es por el tiempo que llevo sin tener sexo o si es la maldita atracción que tengo desde el momento que comencé a tomar las clases extras. 

Sus ambas manos recorren mi cuerpo entero, su boca navega por todo mi cuello y baja por mi pecho lentamente, sus caricias me hacen sentir viva de nuevo.

Mis manos cobran vida por si solas y comienzan a descender por su cuerpo, expweimwntandolo, conociendolo poco a poco, comienzo a besar su cuello, mientas que él baja sus caricias lentamente, tan lento que es una tortura para mí entre pierna.  

La ropa comienza a estorbarnos y tenemos la necesidad de arrancarla como si fuéramos unos salvajes. Nos deshacemos de ella en cuestión de segundos quedando completamente desnudos uno frente al otro. Su mirada recorre todo mi cuerpo con lascivia, con lujuria, con completo deseo, se relame los labios y me toma de la mano llevándome hacia el sofá.  

Toma su tiempo para mírame por completo, me mira como si fuera lo más bello de este jodido mundo, su vista sube y baja una y otra vez. Tener su mira puesta en mí, hace que me humedezca tan pronto. 

—Eres tan hermosa, eres más que eso. Eres perfecta Maia. —comenta con una voz ronca.  Una voz que no tenía el privilegio de haber escuchado.

Se acerca a mí, comienza a besarme lentamente, sus besos no se parecen en nada a los de Leonardo. ¡Por dios! Maia estás a punto de follar con tu profesor y tienes la gran idea de recordar sus besos. Me riño en mis pensamientos. 

Mis manos comienzan a navegar por su cuerpo, acaricio su espalda, sus manos, su abdomen. Su mano llega a mi muslo, la sube poco a poco, tomo un puño de su cabello cuando siento la palma de su mano en mi parte húmeda, la excitación me invade y jadeo al instante, al sentir su tacto, al sentir como le brinda atención a mi intimidad.

—¡Dios! Qué maravilla es escucharte.  —menciona Mientras introduce un dedo en mi interior lentamente.

Comienza a moverlo haciendo que de mi garganta salga más jadeos, introduce un segundo, su boca vuelve a la mía, necesito que toque mis pechos lo necesito, tomo su mano libre y la coloco sobre uno de ellos, solo los masajea un poco y la baja hacia mis glúteos, juega con ellos mientras sus dedos me atienden y su lengua juega con la mía, tomo mis pechos dándole la atención que necesitan.  

—Necesito estar dentro de ti ¿Puedo? —me cuestiona mientras muerde mis labios, después saca sus dedos de mi intimidad llevándolos a su boca, provando mi sabor.

Prueba mi sabor y yo solo hago un asentimiento con mi cabeza.

—Te dije que no me pudieras permiso. Hazme lo que quieras.

Se gira en busca de un condón, después de hallarlo se lo coloca, me mira una vez más a los ojos. Mis manos dejan mis pechos en paz y pasan a su espalda, padanso mis uñas por ella y mis ojos pueden observar que le gusta ser tocado en esa zona, ser tocado. 

Me penetra con cuidado, maldición no me gusta que tenga cuidado, quiero que sea rudo, que lo me lo haga duro.

Jadeo al sentirlo totalmente dentro de mí. Lo vuelvo a besar con intensidad, con ferozidad.  

Sus movimientos son lentos, pero me causan una increíble satisfacción. Son lentos pero certeros. Sus manos masajean mis glúteos, vale. Entendido él no es de tetas, él es de glúteos.  

—¡Oh! ¡Profesor Smith! —gimo con fuerza.  

Sentirlo dentro de mí es una jodida fantasía, ¿Quién no quiere follarse a un profesor? sus estocadas se vuelves rudas, la fuerza con que me penetra me llena tanto, la velocidad en que me penetra cada vez es más rápida, sé que no voy a dudar mucho, sé que terminaré en muy poco. 

—Maia, Maia. No tienes idea cuántas veces he soñado con tenerte así, no tienes la menor idea. 

Su boca se apodera de la mía, sale de mí y quiero protestar, pero me lo impide dándome la vuelta y penetrándome con fuerza.  

—¡Profesor! —grito con fuerza.  

Nuestros cuerpos están llenos de sudor, solo unas cuantas estocadas más y terminaré. Y él lo sabe, lo sabe porque lo hace más lento. Necesito que vaya más rápido. 

—¡Más! ¡Más rápido por favor! —suplico con la voz entrecortada. 

Al escucharme sus estocadas aumentan de velocidad, y me toma del cabello, se siente tan bien.  

—Córrete para mí, hazlo ya Maia. 

Escuchar esas palabras salir en tono de orden de sus malditos labios logran que llegue de inmediato. Y en seguida el termina. 

Sale de mí, recostándose en el sofá al igual que yo, dejamos que nuestras respiraciones se normalicen en completo silencio.  Sn cruzar palabras ni miradas. 

Y ahora, cruce la línea.

Volví a cometer el mismo error que la vez pasada ahora me visto y me voy sin mencionar nada de lo que acaba de pasar, no puedo volver a cometer el mismo error. 

—Maia, necesitamos hablar de esto. 

—Lo mismo pienso, podemos hablarlo ahora. 

—No, ahora no puedo. Tengo una junta muy importante pero mañana sin falta hablamos después de cenar. Claro si me aceptas una cena. —¿Escuché bien? 

Lo miro con extrañes, se va a repetir ¿Quiero que se repita? 

Cenar en su casa sin que el mundo nos vea. Bien, solo dejaré las cosas claras y me alejaré de él.

No dejaré que la historia se vuelva a repetir. No otra vez no.

Total, las clases están por terminar solo quedan unos días y no lo veré por un buen tiempo. ¿Que más puede pasar? Ya lo he tenido dentro de mi.

—Estas bien.  —menciono con simpleza 

—Te mandaré la dirección. O mejor paso a tu casa. ¿Cómo está mejor para ti? 

—No es necesario, yo vengo a tu casa. 

—¿Segura?  —me pregunta un poco dudoso.

—Si. —me limito a decir.

Y así es como volví a cruzar una maldita línea, una que no tenía que cruzar. 

N/A 

Holaaa, ¿Cómo están? Espero y se encuentren de maravilla. 

¿Que creen que su edad con el profesor? 

Gracias por leerme. Chaooo

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora