IX

3.5K 157 3
                                    

♠️ ¿CELOS? ♠️

Al entrar a la casa mi madre me mira y frunce su ceño, inmediatamente me abraza. 

—¿Que sucede cariño? —me pregunta con su voz dulce. 

—Acabo de joderla en grande mamá, le dije a la persona con ala que estaba saliendo, no saliendo, sino que... le dije que me estoy enamorando de él, me estoy enamorando de la persona que no tengo que enamorarme. Y duele tanto... —susurro muy bajito. 

—¡Oh! Mi niña, ven vamos a tu habitación para que descanse. Para que puedas pensar mejor las cosas, y si no te valora él habrá quien si lo haga. 

Subimos a mi habitación y me recuesto mientras mi madre me susurra cosas y me abraza, después de estar entre los brazos de mi madre me quedo dormida. 

El fin de semana me la pasé encerrada en mi habitación, no recibí unas de sus llamadas, claro que no. No sé arrepiente de dejarlo nuestro si es que había algo. 

Al siguiente día me levanto con un ánimo pésimo, bajo a desayunar con mi madre, después salgo para ir a la universidad, hoy hablaré con mi profesor de matemáticas para quedar en un acuerdo, ojalá y me quiera escuchar.  

Llego a la universidad y camino hacia donde está Lau. 

—¿Y esa carita Mai? —me pregunta preocupada.  

—Ayer terminamos el acuerdo Leonardo y yo. —me limito a decir y ella me da un abrazo corto. 

—Pues que pena por él, no encontrará a una mujer como tú. ¿Qué sucedió?  

—Se folló a su secretaría, luego me llamo, y no conteste, al siguiente día vino por mí. Le dije que estaba enamorada de él y termino el acuerdo. 

—Pues que imbécil es, no mereces derramar una lágrima por ese imbécil, Mai. Eres mucho para él. 

—Sabía que esto terminaría mal. Y mira, mira lo que sucedió. 

Las clases pasan con lentitud. Hasta que llega la última, matemáticas, el profesor comienza su clase y cuando la da por finalizada le digo a Lau que se vaya sin mí, que necesito hablar con el profesor.  

Recojo mis cosas y cuando el profesor va saliendo lo detengo con mi voz.

—Maestro Smith, me permite hablar con usted un momento, por favor.  

Se detiene un segundo y vuelve a caminar. Piensa ignorarme, mis ánimos vuelven a estar por los suelos, pero él habla de repente. 

—¿Que necesita señorita Maia? —camino detrás de él y comienzo a hablar. 

—Cree que sea posible...que me deje hacer un proyecto para no suspender la materia, por favor, sé que no he tenido un buen desempeño en su materia, y me molesta a mí misma, porque estoy en finanzas... y bueno en su materia voy falta. No sé porque me odié... —lo dije o lo pensé, mierda. 

—No la odio, señorita Maia, que se encuentre siempre distraída en mi materia es otra cuestión, una que afecta demasiado. Eso es lo que me desagrada de usted.  

—Bueno, volviendo al tema principal, —nos detenemos en la entrada de la universidad— podría dejarme un proyecto... 

—No lo sé, deje lo pienso. Mañana le digo mi decisión al respecto. —algo a nada, sonrió victoriosa. 

—Muchísimas gracias, sé que lo pensará muy bien...lo sé. —le guiño un ojo y él me regala una pequeña sonrisa. 

—Nos vemos, señorita Maia.  

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora