XIV

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♠️  NUESTRO ADIOS ♠️

Al escucharme, se detiene inmediatamente y me siento miserable al haber pronunciado esas dos malditas palabras, su mirada refleja enojo y algo más, sin decir más se comienza a vestir, me lanza mi ropa para que lo imite, la tomo entre mis manos y me siento deshecha por dentro, no sé qué decir o si deba retractarme, pero no puedo ocultar lo que siento yo no soy como él.  

Yo si manifiesto lo que siento en estos momentos, le hago saber que es la persona que me tiene en sus manos y justo ahora, justo ahora me está tirando, haciendo trizas el corazón con su reacción. 

—No puedo corresponder, lo sabes ¿No? Vístete y vete Maia, no quiero que estés aquí un segundo más.  —menciona dándose la vuelta. 

Comienzo a vestirme cuando me deja sola, quiero derramar lágrimas, pero no lo hago, no lo haré frente a él, no lo haré en su habitación, yo soy, puedo ser fuerte frente a él. Me terminó de vestir y salgo de la habitación. 

—Leo...—susurro llamando su atención, el me mira detenidamente con una pizca de decepción. 

—Pensé que eras inteligente Maia, que dejarías a un lado tus jodidos sentimientos. Esto... —me señala y luego a él— solo era sexo, solo tenía que ser sexo, ambos lo disfrutábamos. ¿Por qué mierda tenías que involucrarás tus jodidos sentimientos? Y arruinarlo —grita. 

No respondo solo puedo mirarlo y sentir decepción, un nudo en la garganta se hace presente. Fui tan estúpida al permitir sentir más... 

—Se termino. No podemos seguir con esto. —habla de repente con tanta tranquilidad.  

—Así de sencillo es para ti Leonardo. —menciono en voz baja mirándolo, no me responde la mirada, huye de ella. 

—Es que no le veo lo complicado, nunca hubo una relación entre nosotros, solo eran unos simples encuentros que hoy, hoy termina Maia. Toma tus cosas y vete

No discuto, no pienso rogarle, no pienso llorar frente a él. Y no pienso hacerle ver qué tiene más poder él que yo en mí misma. 

—Bien, se terminó. Pero escucha bien lo que te diré... No quiero, no quiero que me vuelvas a buscarme como la vez pasada, si estás terminando es en definitiva esto. —me acerco a él— No voy a permitir que juegues conmigo. No vuelvas a aparecer en mi camino.  

—No será necesario. —suspira y me mira a los ojos— Mañana me voy a Los Ángeles. 

Se va, así sin más. ¿Y no pensaba decírmelo? 

—Entonces esto iba a ser una follada de despedida ¿No es así?

—Estaba planeado como eso.

—Fui una estúpida al ilusionarme, al imaginarme que tú y yo podríamos tener algo, pero...eres un cobarde Leonardo, un miserable cobarde que no quiere afrontar sus sentimientos y los prejuicios de la gente...  

En mi mente pasan cada uno de los momentos que hemos pasado juntos, los besos y caricias.... 

—Que te vaya bien, Leonardo. Disfruta Los Ángeles. 

Salgo de su departamento destrozada, tomo un taxi que me lleve a casa, al bajar del auto siento que me voy a derrumbar sin embargo me niego a que mis padres me vean una vez más más por él, levanto la frente y me adentro a casa. 

—¿Que paso Mai? No ibas a trabajar con Leonardo más tiempo. 

Si, claro. Solo que los sentimientos salieron mal, y terminamos destrozados.

—Las cosas fueron rápido mamá, ya sabes solo unos cuantos clics y listo. Voy a dormirme hasta mañana. 

—No comerás tu postre, Mai. —esta vez es mi padre quien habla. 

—Mañana, ahorita solo quiero descansar. 

—Bien, descansa mi vida. 

Subo a mi habitación y me recuesto en la cama, las lágrimas comiza a caer sí que yo se los permita, no quiero llorara por el me rehúso a llorar una vez más por él. 

Lloro hasta quedar dormida. Lloro hasta que las fuerzas se me terminan. Lloro hasta poder sentirme un poco liberada. Lloro hasta dejar de sentirme una miseria.

La luz entra por mi ventana y me duele la cabeza por tanto llorar, siento mis ojos hinchados. No quiero ni siquiera pararme de la cama.

 Tocan mi puerta y susurro un 'pasa' cubriéndome por completa en mi cobija. 

—Dios Mai, ¿Que te sucede? —mi madre me pregunta acercándose a mi preocupada. 

—Creo que es un resfriado madre, me quedaré un rato más en la cama, después bajo a desayunar.  

—No te preocupes mi vida, ahorita te subo tu desayuno junto a una pastilla para que te mejores. —me deposita un beso en la frente. 

—Gracias mamá. Te quiero. 

Sale de la habitación y me quedo en el vacío, solo veo la pared blanca de mi habitación, pasan los minutos hasta que mi madre vuelve a tocar está vez no espera una repuesta.  

—Te he preparado fruta picada con miel y te he traído está pastilla ¡ah! Y un poco de jugo. —me siento en la cama mientras ella coloca mi desayuno. 

—Gracias. —le regalo una sonrisa completamente fingida

—¡Oh! Leonardo se ha venido a despedir.  Está tarde se irá a Los Ángeles

—¡Oh! —es lo único que sale de mi boca.  

No cuestiono nada, ni siquiera finjo en sorprenderme no tengo ganas de fingir con mi madre. No quiero sentirme más mierda de lo que me siento, ya no quiero. 

—¿No quieres bajar a despedirte de Leonardo? Mai. —me pregunta cautelosamente. 

—No, en serio no me siento muy bien mamá, dile que lo siento que...que espero que le vaya muy bien a dónde vaya.  

—Está bien, ahorita te subo un té para que te tomes la pastilla sientas mejor. 

—Gracias mama, te quiero. —vuelvo a repetir. 

Mi madre salió de la habitación, pero esta vez no cerró la puerta, escucho la voz de mi padre. Y ahora escucho la de mi madre. 

—Maia no se encuentra bien Leonardo, pide que la disculpes y que te vaya muy bien a dónde quiera que vayas.  

—¿Se encuentra bien? ¿qué tiene? ¿Puedo ayudarla en algo?—su tono preocupado me da asco.  

Quisiera bajar y decirle que no finja preocuparse cuando él es parte de que yo me encuentre destrozada. Pero no tengo fuerzas de nada. 

Cierro los ojos y vuelvo a escuchar su voz. 

—Espero y se recuperó pronto. Gracias por todas las atenciones que me brindaron. 

—No agradezcas nada amigo, para eso estamos. —mi padre habla, su voz se escucha triste. 

—Nos vemos, prometo regresaré a visitarlos muy pronto. 

Dejó de escuchar ya no quiero escuchar más palabras de que salgan de su boca. 

Solo quiero dormir de nuevo y cuando despierte no sentir, no sentir el corazón echo mierda. Siento como lágrimas empezando a rodar, me levanto de la cama y me meto a la ducha, lloro nuevamente, lloro en silencio. 

Lloro hasta que siento que frío en los huesos, solo así salgo de la ducha y vuelvo a meterme a la cama. Mi madre a dejado el té en la mesita, tomo un poco y como una pizca de fruta. Y vuelvo a cerrar los ojos. 

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora