XVI

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♠️ SOLUCIONES  ♠️

Han pasado dos semanas en las cuales mi estado de ánimo esta por el suelo, dos semanas desde que no se nada de él. Dos malditas semanas en las cuales he tenido la necesidad de llamarlo, de salir a buscarlo, de querer tenerlo de vuelta, a mi lado.

Decidí bórralo de mis contactos, no quería ver más su nombre en mi lista de amigos. Desde hace dos semanas he llorado hasta poder quedarme dormir, he llorado hasta quedarme sin lágrimas.

Me veo fatal al mirarme en el espejo. No puedes seguir así Maia.

Nadie ha muerto de amor y yo no seré la primera

Me lavo mi cara, y vuelvo a mirarme al espejo. Desde hoy no más lágrimas, no más llanto y no más reproches hacia ti misma. Ya ni más.

Se terminó. En este momento dejo atrás a Leonardo.

Tomo mi maquillaje y comienzo aplicándolo en mi cara, después me coloco rubor y un poco de labial. Me visto con una falda de mezclilla junto un top negro junto con mis tenis negros con franjas blancas.

Bajo a desayunar y miro a mis padres sorprendidos, realmente están sorprendidos por algo que desconozco.

—¿Que sucede por qué esa cara? —pregunto sentándome en la silla qe está junto el lado de mi padre.

—Nos acabamos de enterar que un amigo muy cercano se acaba de comprometer... Es algo que jamás me pude imaginar. —menciona mi padre con asombro. 

—¿Quién? ¿Lo conozco? —pregunto tomado un pedazo de fruta llevándomelo a la boca. 

—Por supuesto. —se gira mi madre y me sonríe tiernamente— Te ves mucho mejor hoy, más radiante. Me da gusto que vuelvas ser tu de nuevo.

—Cierto mi vida. Hace días que no lucía tan tú, me da gusto que vuelvas en sí. —sonrío y mi corazón late de felicidad. 

—Necesitaba caer para poder levantarme, y mucho más fuerte. —agrego con seguridad— Soy una chica fuerte. 

—Lo eres, mi vida. —asegura mi madre. 

—Nos dirás el por qué estuviste recaída, Maia. —menciona mi padre cuidadosamente. 

—Bueno...—comienzo a hablar— me enamoré de la persona incorrecta ya eso lo sabe ¿No? me rompió el corazón y esa fue la causa de mi estado emocional últimamente además decidió marcharse de la noche a la mañana. 

—¿Por qué no nos lo dijiste antes? Pudimos ayudarte para que no pasarás por esa etapa sola, mi amor. —dice mi madre cariñosamente. 

—Quería pasarlo...superarlo sola, era cosa mía. Quería saber si era capaz de salir de hoyo sola. Y lo estoy logrando, poco a poco. 

—Estamos muy orgullosos de ti, nunca lo olvides Mai. Siempre quedremos tu felicidad sobre todas las cosas. —comenta mi padre. 

—Gracias, son mi vida entera. —le sonrío y ellos me guiña un ojo  

—Esta noche cenaremos con el señor Smith. —comenta mi padre después de un tiempo— Vendrá a casa, así que bueno ya lo sabes ¿No?.  

—Bien, pensaba tener noche de chicas con Lau, pero lo pospondremos para otro día.  

—Gracias, Mai. La cena es bastante importante para mí, espero poder convencerlo para ya poder cerrar un negocion de una vez.

—Lo harás papá. Es hora de irme nos vemos más tarde. —me lento y tomo mi mochila. 

—Con cuidado, Mai —escucho decir a mis padres a detrás de mí. 

Es temprano así que decido caminar hasta la universidad. Mientras camino por las calles me siento más aliviada, y tranquila. Más yo.

Estar sola caminando me hace reflexionar al igual que asimilar que no era nuestro tiempo, que lo nuestro no sería más que encuentros casuales, que él no aceptaría estar con alguien menor y mucho menos con la hija de su mejor amigo, analizó la situación y siempre lo quiso así. 

La culpa la tuve yo por ilusionarme e imaginarme que podrías tener una relación formal. 

Laura tiene razón, con lo que pase gane mucha experiencia, aprendí cosas nuevas y ahora comprendo que siempre debo estar yo antes de cualquier. 

También sé que quiero a alguien que me quiera tal cual soy, que no me esconda, que me diga lo que siente por mí, y sobre todo que se arriesgue para que funcione lo nuestro.  

Han sido dos semanas en las cuales me hundí en mi miseria, pero hoy salgo para comerme al mundo. Salgo para demostrar que soy valiosa y merezco más de lo que recibí en el pasado. 

Al llegar a la escuela me encuentro con mi mejor amiga, le sonrió a la misma vez que le guiño un ojo. 

—Me encanta mirarte mejor. Te ves jodidamente hermosa.  

—Gracias, gracias. Se que soy bella no hay necesidad de recordarme lo.

—Olvida los que te dije, a veces se me olvida que sueles ser muy... —se queda callada al mirar algo. 

—Muy ¿Qué? —pregunto, pero soy ignorada por completo. 

Giro mi cabeza siguiendo la dirección en la que Lau miracon mucha atención y, me quedo sorprendida al igual que ella.  

—¿Se le está insinuando al profesor? —pregunto muy cerca de su oído. 

—Eso parece. —murmura. 

Y él le ha sonreído. —confirmo más para mí, que para ella. 

—Eso es lo que me sorprende —mi mejor amiga regresa la vista a mi—, nunca me ha correspondido una sonrisa a mí, a mí que soy la persona más amable del mundo...ni siquiera a ti que estás hecha como dios quiere.  

—Tal vez, puede que ella sea su tipo o este necesitando ayuda con algo. —comento al dejar de mirarlos. No quiero parecer una acosadora. 

—Si necesita coger. ¿Por qué no te ofreces como candidata? Así podría ayudarte con las notas. Sería genial ¿No lo crees? Ganas una buena follada y una buena nota, dos por uno.

—Lau, no digas esas estupideces. —menciono en tono molesto. 

—Bueno solo era mi humilde opinión. Cambiando de tema, he comprado mascarillas para esta noche, ayer que salí con Matt pasamos a una tienda china y decidí comprar unas uqs otras.

—¡Oh! Cierto, está noche no podré ir Lau. Lo siento mucho...

—¿Por qué? Me lo habías prometido hace unos dias, no puedes dejarme plantada una vez más en este mes. —espeta enfadada. 

—Lo sé, sin encargo no tenía en cuenta que mi padre tendría una cena en la cual quiere que esté presente. 

—¡Baha! da igual. Tu padre y sus cenas de negocios me chocan, siempre será así las odiaré porque arruinan nuestros planes.

—La cena será con el profesor Smith.  —menciono sabiendo que su actitud cambiará.

De inmediato desaparece su enfado, y me sonríe con un poco de maldad. Lo sabía.

—¡Oh cielos! Puedes aprovechar ese momento para seducirlo, llevártelo a la cama y así subir tu nota sin que te esfuerces tanto... 

—Deja de hablar estupideces, mejor vayamos a clases.  

—No son estupideces, son posibles soluciones para que tú subas tus notas y él deje de ser tan amargado. Ve el lado positivo del asunto. 

Me río de las tonterías que habla mientras caminamos hacia nuestra clase sin mencionar más sobre el profesor Smith. 

No dejaré que en mi subconsciente entren esas ideas.  

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora