★ Capítulo 1 ★

539 54 58
                                    

«────── « ⋅♡⋅ » ──────»
Francia~Año 1480
«────── « ⋅♡⋅ » ──────»

Sasuke estaba entrenando como todas las mañanas con su arco y flechas que debían de traspasar el monigote de paja. Tenía que estar más que preparado para ese día, se suponía que hoy tendría una última prueba para que sea aceptado en la organización de los cazadores. Su mente tenía que estar en blanco en ese momento para acertar en el disparo de flecha y no estar nervioso para que sus manos se queden quietas.

Pero algo le distrajo.

Un gato negro había comenzado a caminar enfrente suyo como si nada y sus miradas se reencontraron, Sasuke daba pasos hacia atrás para alejarse de ese gato que no sabía de dónde había salido exactamente. Pero el animal se había acercado con más rapidez a él y se refregó contra su pierna ronroneando. Sasuke se alejó cuánto antes sintiendo un horrible escalofríos porque un gato negro apareció de repente en su jardín trasero y eso solamente podía significar una cosa, que algo malo pasaría.

Pero no podía permitirse que algo malo pasara, menos hoy que tenía que irse a la prueba de los cazadores de brujas para que lo admitan después de tanto entrenar. Aquel gato negro solamente había jodido su mañana y entró a la cabaña de nuevo con un aura bastante pesada. Se encontró con su hermana que estaba comiendo en la mesa sola, parecía estar en su mundo, andaba pensando en lo que había pasado ayer en el bosque y en la bruja que conoció que se llamaba Sakura, sentía que no podía esperar para poder verla de nuevo, aún quería respuestas y por eso mismo no durmió nada en la noche porque seguía pensando en ella. Sasuke carraspeó su garganta para llamar su atención. 

- Hmp, Sarada, buenos días. - La saludó y vio como se asustó por su intromisión repentina. -

Sasuke se acercó a la mesa y tocó la madera, esperando que eso le traiga buena suerte.

- Buenos días para ti también hermano, te preparé el desayuno. Que raro que no estés entrenando. - Sarada acostumbraba a comer a solas porque su hermano siempre entrenaba y su padre salía a trabajar en una panadería bien temprano, ya que era el único que mantenía esa humilde cabaña. -

- Bueno digamos que un gato negro apareció en el jardín y preferí entrar. No quiero que algo malo suceda, no ahora cuando hoy tengo la prueba con los cazadores de brujas. - Sasuke dejó su arco y flechas arriba de una silla. -

- ¿Gato negro?- Sarada parpadeo varias veces pensando que quizás podía ser el compañero de Sakura. - Dios santo ¿Sus ojos de que color eran?-

- Si un gato negro de ojos verdes, realmente espeluznante. No salgas de la cabaña que no me gustaría que te lo encuentres o peor aún que entre a la casa. - Sasuke vio a su hermana abrir los ojos con sorpresa y no había entendido su reacción. -

- Si, no te preocupes hermano. - Sonrió pensando que era el gato de Sakura o eso creía porque sería demasiada coincidencia quizás de que un gato cualquiera entre en su jardín después de lo que pasó ayer. -

Sasuke seguía pensando en la conversación que habían tenido su padre y su hermana, ya que le quedó en la memoria escuchar a Sarada diciendo que quizás también podía ser bruja de forma hereditaria. La verdad es que tenía razón pero ella no tenía ningún comportamiento de ser una bruja, hasta hace unos meses que había comenzado a comportarse de forma rebelde. Estaba seguro que su padre no dudaría en mandarla al frente con los cazadores si fuera una y tenga motivos. 

Pero ¿Y él? Siempre había protegido a su hermana pequeña, la amaba con su vida, se preocupaba mucho por Sarada y le tenía demasiado cariño. Traicionarla de esa manera si llegara a hacer bruja, a los seres que más odiaba, no sabía si podría hacerlo. 

La Caza De BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora