Mingyu llega a casa. Sus brazos cargados por las bolsas de regalos. Las escondió primero para que Jeon no las viera. Cosa que salió bien porque el azabache seguro no se había dado cuenta de que había llegado a casa.
Entró a su estudio, estaba comiendo un poco de la cena que había dejado Kim en la nevera, y veía videos mientras comía. Mingyu se acercó en silencio y besó su cabeza con delicadeza. Wonwoo pausa el video y ríe un poco por el leve susto que el moreno le da.
—Hola. Feliz noche buena —susurra el mayor, levantando la cabeza. Mingyu le acaricia un poco la mejilla y deja un beso en su frente. Wonwoo olía a comida y champú.
—¿Qué tal tu día? —acerca la silla y se sienta a su lado para mirarlo.
—Meh, estuvo aburrido para ser noche buena.
—¿Tus padres llamaron? —Jeon hizo un mohín y se encogió de hombros—. Bien, estamos en la misma situación.
—No pienso llamarlos yo, siempre lo hago todos los años y... me cansé de ceder —suspira y apaga el PC.
—Lo entiendo...
Se quedan un rato conversando ahí antes de ir hasta la sala y ver el pequeño árbol de navidad en un rincón de la sala. Wonwoo pone un poco de música, música que a ambos les gusta. Un poco de pop, blues, unas baladas y nada de música navideña porque traía malos recuerdos. Sirven un poco de comida en la mesa de café, y beben, comen y se besan como deberían hacerlo, porque lo necesitaban, porque era el primer regalo que se podían entregar antes de la navidad oficial.
—¿Tú esperas al otro día para abrir los regalos? —pregunta el azabache, con las piernas sobre las de Mingyu, apoyado en el apoyabrazos del sofá. Mingyu tomaba sus gemelos y muslos y los sobaba para dejarles calor por la fricción.
—No, suelo abrirlos en la noche.
—Genial.
Wonwoo aparta la mesa de café con unos pocos platos vacíos y los vasos con leves rastros de bebidas. Saca los regalos de debajo del árbol, y se los pasa a Mingyu. Eran dos. Dos cajas enormes que el moreno no podía creer. Se sintió como un niño pequeño cuando recibía para navidad dos cajas gigantes iguales de juguetes porque sus padres eran incapaces de ponerse de acuerdo para comprar un sólo regalo que no se repitiera.
—¿Qué?
—Ábrelos.
Mingyu suspira, se sienta en el suelo de la sala y Wonwoo lo mira con una sonrisa traviesa. El moreno rompe el empaque y ve letras... números, luego unos colores, y cuando el envoltorio estaba despedazado, ve componentes y partes de un PC. Un PC de menor calidad que el del azabache, pero decente, bueno, uno donde pueda jugar y tener momentos juntos. Wonwoo suelta una risa nerviosa y el moreno mira las cajas con completa incredulidad.
—¡Sorpresa! —exclama el azabache con una sonrisa curiosa.
—Yo... Won, esto es carísimo, ¿cómo...?
—Sólo cállate y dime, ¿te gusta? —Jeon lo mira con ojos bien abiertos y una sonrisa radiante.
Mingyu no tenía idea de cómo reaccionar.
—Sí, es decir, ¡sí! pero...
—Tengo un amigo que arma PC's, una vez lo ayudé a programar e iniciar su tienda. Me vende componentes y cajas, y monitores, y audífonos... y lo que sea que te imagines a precios bajísimos —ríe nervioso de nuevo y juega con sus pantalones—. Sólo... me dijiste hace semanas que te gustaría jugar conmigo, y hacer cosas juntos y...
—Está genial, sólo me preocupaba...
—Lo sé, lo sé, pero eso no importa cuando es un regalo, cretino —bufa un poco y su sonrisa se borra.
—Está genial, cielo. Me gusta muchísimo —mira la caja, la examina y luego extiende sus brazos hacia el azabache. Le da un beso en la sien y mira la caja de nuevo.
Se siente como un niño pequeño, la abre y mira el interior. Hablan de los componentes, Mingyu hace preguntas y escucha como la información brota de Wonwoo como lo harían los rayos del sol en un día de verano. Lo escucha y lo admira por saber tanto de cosas que en su vida consideró importantes.
—Bien, ahora me tocan mis regalos.
—Oh, cierto. ¿Dónde están? —se levanta del suelo y Mingyu apunta debajo del árbol pero en la parte más recóndita de la esquina.
Los saca y vuelve al mismo sitio. Era una bolsa de regalo y dos empaques pequeños. Wonwoo las miró y agitó un poco. No hacían demasiado ruido. Saca de la bolsa un pequeño empaque con envoltorio de nubes y cielo azul, y Jeon mira extrañado al moreno que sólo sonreía como siempre lo hacía. Wonwoo rompe el envoltorio y encuentra así una caja de coleccionador de su juego favorito. Una caja con libros pequeños que consisten en los diseños y conceptos del juego, un brazalete de su personaje favorito, una pequeña estatuilla, pines y stickers de los símbolos más icónicos del juego.
Jeon se queda mirando la caja en silencio. No dice nada. No hace ni un gesto, ni un sólo sonido.
Mingyu pensó que moriría. Porque pensó que fue demasiado, que quizá ya lo tenía entre tantas cosas de coleccionista que poseía. Muchas historias atravesaron su mente y justo cuando iba a mostrarle que podía cambiar el regalo, Wonwoo suelta la caja con cuidado y lo abraza.
—Gracias —le susurra en el oído. Le deja un beso en la mejilla y Kim lo ataja en sus brazos. Se funden en un abrazo y escucha como Wonwoo se encoge un poco—. Es el... es el mejor regalo que he recibido en años.
—Me alegra que te guste.
Se separan y el mayor habla del juego, de sus partes favoritas, habla de cómo la estatuilla y las fotos conceptuales son su parte favorita del regalo. Que se pasó el juego unas cinco veces y la última vez sólo no lo hizo porque temía predecir todos los ataques. En el juego online tenía el rango más alto y había vencido demasiada gente.
Mingyu lo escuchaba con el entusiasmo que merecía.
—Suenas feliz —dice el moreno.
—¡Porque lo estoy! —toma la caja en sus manos de nuevo y ríe de emoción.
—Hay más regalos.
—Oh, oh, cierto.
Los siguientes eran un libro que a Wonwoo le gustaba y el otro era un vinilo para el tocadiscos que Wonwoo había comprado y no tenía vinilos. Jeon se levanta, desempolva el aparato y coloca el vinilo. The Smiths comienzan a sonar, apartan los regalos y Wonwoo lo arrastra para que bailara con él. Porque ¿qué era de una navidad sin música? Bailan, y bailan y sin sentido mueven sus cuerpos sin ritmo, sin miedo a que pasen vergüenza, con las luces prendidas, con las cortinas abiertas para que todos los vecinos supiesen que estaban viviendo la mejor navidad con gente que no eran sus familias, con gente que invitaron a casa porque ellos eran hogar, ellos eran pertenecer.
Las canciones pasan, y el vinilo avanza. Mingyu lo detiene, y se besan, porque desea besarlo, porque Wonwoo era radiante mientras baila, porque sus ojos sólo iban a él. No a la luces, no al tocadiscos y su música sorda, y tampoco a los regalos que ahora no significan nada.
Mingyu tenía ojos para el mayor, para esas mechas negras que saltan porque su cuerpo estaba feliz, a esa sonrisa que se le contagia, tenía ojos sólo para él. Él y sólo él.
¿Acaso eso podía sentirse tan bien?
—Te amo, feliz navidad —susurra el moreno, abrazando su espalda con cuidado. Como si tuviese miedo de lastimarlo.
—Yo también te amo, ha sido la mejor navidad de toda la vida.
—¿Incluso si estamos solos? —dice con un tono curioso el menor.
—Eso es lo mejor de todo, sólo somos nosotros.
Y se besan, y disfrutan de la música, y ellos bailan y finalmente son familia, hogar y todo lo que nunca pensaron ser.
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I'm still standing. [ Meanie / Minwon ]
FanfictionMingyu se acababa de mudar con un nuevo compañero de piso, alguien quien conoció por internet. Un sitio realmente peligroso pero que Kim Mingyu tuvo que elegir como último recurso. La sorpresa fue cuando se encontró con que su nuevo compañero de pi...