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No abrió la carpeta. No quiso traicionar la confianza de Wonwoo. No después de saber cuánto dolía ser traicionado. 

El resto del día, se ocupó en cocinar, y salir un rato a pasear por la ciudad. Se tomó un café fuera, y disfrutó del resto del fin de semana. 

Domingo. 

Mingyu siente que su cuerpo cosquillea. Chateó con Wonwoo un rato, preguntando si debía ir a buscarlo al aeropuerto. Se enteró más tarde que había viajado por aire. No le molestó no saber eso. Estaba preocupado por cómo estaba. Simplemente eso. 

Jeon le dijo que sí, que era mejor que lo fuese a buscar. Se sintió débil. Porque Jeon no pide ayuda, nunca la pide. ¿Qué significaba que ahora sí la pidiera? 

Estaba asustado por su estado. Mingyu estaba asustado, preocupado por alguien que no era Minghao. Eso lo hizo sonreír, porque Wonwoo era alguien nuevo, era alguien que le gustaba. 

Se montó en su coche, y fue hasta el aeropuerto, esperando que todo fuese expedito. Wonwoo no contestó por esas horas debido al viaje. Así que estaba preocupado, mordiéndose los costados de sus dedos, los labios, paseándose por el aeropuerto. Veía a todas las personas tratando de montarse en sus propios vuelos, o bajándose de ellos, otros familiares esperando a sus personas especiales, otros trabajadores que ayudarían a nuevos llegados a pasearse por la ciudad. Mucho movimiento pasaba y él sólo estaba esperando a una sola persona entre todo ese tumulto. 

Se sintió como en un mundo aparte. 

Para distraerse un poco, Mingyu fue a la tienda de regalos, y compró un peluche de un perezoso que podía colgarse con sus brazos largos, y unos bombones que eran rellenos con caramelo. Se sintió como un adolescente sin regalo decente a su amor de escuela. Se rió de sí mismo, pero orgulloso de poder pensar en el azabache. 

Las horas siguen pasando, y el hambre lo azotaba. Se preguntó si Wonwoo se enojaría si come un par de bombones. Pero no cayó en esa tentación. 

Luego de unas cuantas horas, su móvil vibra, alguien lo llamaba. 

—¿Won? —contesta emocionado, y escucha la voz de Jeon con una sonrisa. 

—Es adorable que me trates con mi seudónimo. 

—Cállate. ¿Dónde estás? 

—¿Hace cuánto me esperas? —Kim se separa de su móvil para ver la hora, y luego le contesta. 

—Casi cuatro horas. 

—Dios, eres un cretino...—suspira un poco y escucha su risa—. Nos vemos ahí. Estoy por salir.

—Vale. 

Y Mingyu ve como se desvanece su contacto de la pantalla. Aprieta la bolsa de los regalos y se levanta, yendo hacia la salida de los vuelos nacionales. Siente que el mundo tiembla, con personas esperando igual que él. Eso lo hace sonreír. 

Busca la maleta roja con stickers y llaveros del azabache, y su sonrisa grande que siempre tenía. Lo esperaba. Por primera vez ansía a alguien más. 

—¡Ey! —escucha que lo llama esa voz particular. 

Mira por entre todas las personas. Niños encontrándose con sus padres, abuelos, ancianos, nietos, no encuentra a Wonwoo. Y siente que se desespera. 

Y luego sus ojos van a él. 

Llevaba encima el abrigo azul, ese abrigo azul que él le había sugerido, con unos zapatos formales, con los jeans rasgados que le había ofrecido cuando necesitaba ideas de cómo vestirse. 

¿Había elegido esa ropa porque se iban a ver de nuevo? 

—Cretino. ¿Qué traes ahí? 

Y Mingyu no contesta, lo abraza con fuerza, y el mayor simplemente suspira de completo alivio. Suelta su maleta que se cae al suelo, y hace un estruendo. A ellos no les importa. Se aferra al más alto, y esperan poder fusionarse ahí, simplemente ser ellos. Wonwoo suspira tembloroso y murmura suaves palabras. 

I'm still standing. [ Meanie / Minwon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora