18

601 103 15
                                    

Un par de días pasaron. Wonwoo se había dado un pequeño descanso de los directos debido a lo de su familia, y Mingyu no le criticó, ni mucho menos recordó el tema. 

Mayor parte del tiempo comían juntos, y se quedaban conversando de diferentes temas cuando ambos volvían del trabajo, o terminaban sus tareas diarias. Jugaban videojuegos juntos, bebían bebidas calientes, disfrutaban de alguna serie animada, o de otro tipo, y dormían algunas veces juntos y otras veces no. 

En verdad se había vuelto muy variado. Y a Mingyu le agradaba al fin salir de la rutina antigua que tenía de adulto adicto al trabajo. Internamente le agradeció a Wonwoo por sacarlo de ese espacio. 

Los besos continuaron, los roces de las manos, las caricias en el pelo y las piernas enredadas cuando dormían juntos continuaron como una rutina luego de tanto trabajo. De alguna forma Mingyu olvidó por completo que se había aguantado el amar a alguien. 

Resultó bien después de todo. 

Era de noche, se quedaron hasta tarde jugando. Ese viernes era relajado, y ambos estaban cansados, pero ahí estaban con la pantalla del monitor brillante y un Wonwoo cenando mientras el moreno jugaba una que otra partida del juego de disparos. Reían, disfrutaban y comían un poco, robándose mutuamente la comida, o simplemente dándose pequeños besos cuando estaban muy cerca. 

—Mierda, me mataron de nuevo —suspira Kim, rendido al ver la pantalla en rojo con letras grandes diciendo que había perdido nuevamente.

—Eres malísimo. 

—Cállate —bufa molesto el moreno, y Wonwoo le quita el mando de las manos luego de limpiárselas. 

—Mira y aprende. 

Sonríe un poco e inicia una partida. Unos minutos más tarde, había pasado todos los niveles bien y terminado en primer puesto. Le devolvió el mando al moreno, quien con ojos sorprendidos simplemente lo recibe con recelo. 

—Si me dieras un beso por cada kill, seguro que me dejas sin labios —murmura el más alto, encogiéndose de hombros. 

—¿Quieres intentarlo? —dice coqueto, con una sonrisa lasciva que sabía hacia dónde iba. 

Mingyu lo mira con una sonrisa amplia en los labios, y pausa el juego. Se encoge de hombros y menea la cabeza un poco. 

—¿Tú quieres hacerlo? 

—No me respondas con otra pregunta, baboso —dice el mayor, acercándose un poco para besar los labios del moreno, con lentitud y dulzura. Se separa un poco y lo mira de nuevo con malicia, con intenciones demasiado llamativas como para ignorarlas—. Vamos, ¿quieres intentarlo? 

—Idiota. 

Y aunque dice eso, su rostro sonrosado hizo sonreír de orgullo al mayor. Y vaya que tenía motivos para esa sonrisa. 

Continúan jugando como siempre, e ignoran lo que dijeron. Las partidas fluyen hasta que Jeon comienza a bostezar y cierra sus ojos. Los cabeceos se hacían constantes y apenas podía mirar la pantalla sin que sea borroso. Mingyu lo nota luego de un rato y pausa el juego para salir del mismo sin importarle la partida en curso. 

—Hey, vamos a dormir. 

—No, no, estoy bien —sonríe un poco y abre los ojos como si estuviese atento. 

—No, no lo estás. A dormir —Mingyu apaga el PC y escucha como el azabache suelta un gemido de reproche—. Te dolerá la cabeza después. 

—Ah... no sé porqué te preocupas tanto ahora. 

Mingyu quiso decirle que tenía muchos motivos por el cuál preocuparse, pero no lo dice y sólo lo levanta de la silla, apaga las millones de luces de ahí y se lleva al azabache hasta la habitación de él. Lo iba a acostar, pero Jeon se lo llevó consigo hasta la cama, cayendo ambos sobre el colchón y riendo un poco. 

—Podrías ser un poco menos torpe, ¿huh? —dice Mingyu, intentando levantarse.

—Fue a propósito —murmura el mayor antes de tomar las mejillas del trigueño para besarlo con lentitud. 

Parecía algo suave, como si quisiese disfrutar de los labios del moreno y cumplir el reto que antes propuso. Mingyu no se queja, apoya su mano en el colchón y corresponde el beso con la misma intensidad, sonriendo un poco entre medio del beso. Wonwoo rodea el cuello del moreno con sus brazos, casi que impidiendo que se fuera de su lado. Ambos se sintieron como dos adolescentes escondidos en sus habitaciones para besarse. 

Luego de unos segundos, se separan, el azabache jadeando pesado y con los labios hinchados y Mingyu con una sonrisa boba porque sólo podía pensar en el mayor. 

—Siempre quise hacer eso —murmura el pelinegro, acariciando un poco la melena castaña del más alto.

—Así veo.

—¿Te gustó? 

—Ya, ya, no es tiempo de presumir —ríe el moreno, dejándose caer en la cama. 

—Duerme conmigo —dice el mayor antes de levantarse de la cama.

—Dijiste que preferías mi cama.

—No prefiero tu cama, te prefiero a ti. 

Ambos se quedan un rato callados, y Mingyu sólo asiente. Amaba dormir con el mayor. Era agradable y cálido. Extrañaba dormir así y probablemente fue la muerte a sus problemas de insomnio que surgieron después de Minghao. Minghao, era primera vez en mucho tiempo que su nombre aparecía en su cabeza. 

Fue a cambiarse para colocarse un pijama improvisado y vuelve a la habitación de Wonwoo. Este silba un típico sonido de coqueteo y Kim rueda los ojos por la burda reacción a su ropa acuadrillada y la camiseta negra que se había puesto. 

—Vaya que sexy —responde el mayor mientras ríe casi a carcajadas. 

—Ajá, cállate, tú tienes pijamas de pingüino. 

—Sólo lo sabes porque lavas la ropa sin preguntarme —murmura con molestia fingida. 

—Exacto. 

Wonwoo ríe un poco y ambos terminan acostándose en la misma cama. Esta vez es Wonwoo quien acaricia las hebras del moreno y lo observa con ojos melados. Mingyu lo mira y deja de repente leves besos en sus mejillas, labios y nariz. 

—Min. 

—¿Hum? 

—¿Qué es lo que hacemos? 

—Intentar dormir —responde con inmediatez, como si supiese la respuesta a todo. 

—No... me refiero... ya sabes —susurra, sonriendo un poco de lado. 

—Entiendo. 

No dice nada, le deja un beso en la frente y lo abraza con levedad. Habían compartido muchas cosas, y a Mingyu le asustaba no poder tener a Wonwoo como alguna vez tuvo a Minghao. De buena manera, con cariño, preparado para una relación. Se preguntó si estaba listo para eso, si había re-construido su confianza a un nivel donde no tuviese que comparar a nadie más con Wonwoo. 

—¿Podemos ir más lento? —pregunta el menor, con cierta lástima en su voz. 

Wonwoo suspira pesado, besa los labios del moreno y asiente un poco. 

—Todo el tiempo que quieras. 

—Gracias —susurra Mingyu antes de esconderse en el cuello del mayor, quien lo recibe, vuelve a suspirar y acaricia las hebras castañas. 

—¿Aún piensas en él? 

—¿En...? 

—Minghao —termina por completa la oración el mayor. Sus palabras eran suaves, no era un juicio, sólo una pregunta. 

Mingyu niega suave con la cabeza y escucha como Wonwoo se lame los labios y suelta un suspiro tembloroso. Mingyu lo abraza, como si buscara tranquilizarlo. 

—No hablo con él hace... mucho tiempo, y no pienso en hacerlo tampoco. No lo necesito, pero sí necesito curarme un poco más. Estar mejor y así también ser mejor para ti. 

—No necesitas ser mejor, pero lo entiendo —las caricias siguen y Wonwoo se mantiene relajado.

—Lo sé.

Luego de eso se quedan dormidos y duermen acurrucados como nunca pensaron que dormirían. 

I'm still standing. [ Meanie / Minwon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora