Capítulo 8

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Narrador.

Muchas veces el tiempo no alcanza por todo el trabajo que debes hacer en un solo día.

En si, no está mal comer en el trabajo, lo malo sería que te descubran y te lleves un buen regaño, pero fuera del ángulo de las cámaras de seguridad, y un acuerdo entre compañeros para que nadie diga nada, asegura el éxito.

—Annie, ¿no vas a comer? — Preguntó Hitch, y le pasó la salsa de soja para su arroz.

—Si, en un momento.— Continuó escribiendo.— Le haré una receta a Mikasa, para que le puedan dar medicamentos.

—¿Insomnio?

—Algo así.— Suspiró.

Y de paso algo para la ansiedad. La verdad le estresa ver a las personas mordiéndose las uñas o rasguñandose a si mismas, pero esos son casos algo extremos.

—Pues si no te apuras, no va a quedar nada.—Dijo Reiner.

—Ahg, está bien.— Se sentó junto a ellos.

—Con calma, solo jugábamos. Hoy no vendrá mucha gente. No a dejado de llover desde la mañana.— Miró el reloj de muñeca.

—Es verdad.—Dijo Hitch mientras abría un refresco de lata.

—¿Sabes que pasó hace unos días por culpa de la lluvia? Se descompuso la estúpida corriente principal de la luz.—Dijo Annie, de forma frustrada.

—Ahg, que mal por ti.

Una vez el rubio terminó de comer se despidió de ellas y se retiró. Ya había depositado la basura que le correspondía a el en el bote a su lado.

Un rato después, Hitch también se levantó de su asiento.

—Por cierto, ¿Qué haces el fin de  semana?

—Creo que nada.— Comió.— ¿Por qué?

—¿Salimos?

Annie encogió los hombros.

—Claro.

—Vale, nos vemos.











[Ninfomana]


















Un par de toques en la puerta la obligan a abrir. Afuera está un hombre, un poco mayor, con una caja de herramientas y un papel hecho puño en la otra mano.

—Buentas tardes.— Miró la dirección en un pequeño papelito.— ¿Es su esposo, Berthold Hoover?

Annie asintió, extrañada.

—Me contrató para arreglar la luz, esta es mi identificación.

Annie la tomó en sus manos y asintió. Por seguridad siempre a sido bueno que mires muy bien a que tipo de persona dejas entrar, incluso si dicen que es por trabajo, y de hecho el joven ya le habia comentado que mandaría a alguien para que arregle eso.

—Claro, pase. Solo...por favor no haga mucho ruido, estoy trabajando.

—No hay problema, no tardaré mucho.

Entró.















[Ninfomana]


















El celular vibró y lo tomó. Era Mikasa.

¿Estás libre este fin de semana?

Ninf*****. [Mikannie] G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora