Narrador.
No era raro que de los privados que realizaba como Stripper las cosas suban de nivel aveces. En realidad, era más normal de lo que parecía.
Depende mucho del Stripper el nivel de intensidad y las peticiones que decide aceptar y otros no en algunos bailes. Ya sea que se deje tocar, el cliente pida algo en especial o algo más.
Parece sencillo, pero es más que solo bailar y desnudarse frente a desconocidos, lo que le tocó aprender a la mala.
Al ser un trabajo donde lo más importante es lo físico, es muy importante que siga una dieta y se ejercite con regularidad, lo cual no es malo, pero si muy cansado de seguir aveces. La verdad es que uno no va a ser joven ni va a vivir de su cuerpo toda la vida.
Además, ser carismático es parte importante también, cosa que mientras más pasa el tiempo más parece estar perdiendo, lo que es sorprendente, pues solo trabajó ahí unos 4 años, y conoció a gente que llevaba incluso más que eso.
La verdad, la azabache siempre se sintió con un gran dote por lo que tenía entre las piernas, pues al parecer eso llamo la atención de muchas. Dote que comenzó a usar con bastante, bastante y bastante continuidad. Si, con cualquier chica que se lo pidiera, que no es raro claro, es normal en este trabajo, y tampoco es que a la azabache no le guste esa idea.
Le importaba más sobrevivir, pagar la renta y otros gastos que establecer una relación formal, que con ese trabajo, dudaba en serio encontrar una, pues nadie parece tomarte en serio.
Sentir extasis, adrenalina, hacer lo prohibido con quién menos debe y demás, es de esos cortos pero a la vez muy largos momentos donde tu cerebro se apaga, y simplemente te dejas sumergir en deseo, en besos, en caricias, en dinero.
No es obligatorio que las cosas terminen así, pero cuando lo hacían...
Ahh, todo iba bien.
Iba.
Llegó a un punto en el que sentirse saseada fue difícil, y esto no se dió de un día para otro. Poco a poco lo fue notando, pero como siempre, no tomó precaución ni le dió más vueltas al asunto hasta que la situación escaló.
La pornografia no bastaba, masturbarse con continuidad no bastaba, y ni siquiera teniendo sexo con varias a la vez podía dejar de sentirse inquieta en ese ámbito.
Buscó entonces en el navegador de su computadora que es lo que podía tener, y la respuesta a su pregunta fue obvia, pero por desgracia, acertando en lo que no quería.
Negó, y apagó la computadora.
"¿Una adicta al sexo?"
Ridículo.
También podía ser el estrés, o cualquier cosa.
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Ninf*****. [Mikannie] G!P
Fanfiction[Mikannie] Advertencia: Solo para mayores de edad. Temas sensibles. Portada hecha por: Aihara_Yuki.