La hipersexualidad se manifiesta de múltiples formas: puedes tener adicción a masturbarte, puedes tener adicción a consumir porno, puede ser a tener relaciones sexuales o solo un tipo de relaciones sexuales, pero si tú dejas de hacer otras cosas para recurrir a esto, tienes una adicción al sexo segura.
La vida sexual de un adicto al sexo es...frustante. Se convierte en un placer efímero al que no se renuncia: el sexo se convierte en una droga.
Termina convirtiéndose en una puta necesidad más que un placer.
La peor noticia es que cualquiera puede ser adicto al sexo, tanto hombres como mujeres. La buena, que tiene solución. La mala, de nuevo...No está ayudando a que lo deje.
Estar con Mikasa es un constante sube y baja de emociones. Es avanzar un paso y retroceder dos. Cada sesión, cada momento, cada oportunidad para volver a tener sexo, la toman.
No mal entiendan. Tener sexo con una azabache super atractiva suena bien, y si, está bien, pero llega a un punto donde la verdad es cansado, y un tanto preocupante.
El día que citó a Mikasa para hablar del tema, la verdad es que hicieron de todo, menos hablar.
Le pareció un poco exagerado la forma en la que la azabache le avisó que no habría rincón de la casa donde no lo harían.
Y miren, la desgraciada cumplió.
La cosa es que ahora no podía ni moverse para ir al baño. La azabache y ella tuvieron tantos orgasmos ese día que aún quedaban algo de fluidos saliendo de ella, pero por hoy, prometió dejarla descansar y lo agradeció.
—¿Cómo es qué haces eso...?— Murmuró Annie.
—¿Mhg?
—¿Cómo es que puedes estar como si nada?
Arqueó la ceja.
—Mi cuerpo funciona casi en automático. Créeme, no es mi intención estar todo el día así.
Annie suspiró, volviendo a cerrar los ojos.
—¿Cómo te sientes?—Preguntó la azabache.
—Bien.—Sonrió.
—Me alegra.—Besó su mejilla.
Annie se sonrojó levemente y hundió la cabeza en la almohada. ¿Qué tal si sí había algo más en el aire? Ahg, no. ¿A quién engaña? Un beso en la mejilla, y un estúpido abrazo se le puede dar a quién sea.
Sus ojos se volvieron brillosos por un instante al pensar en eso.
Herir sus propios sentimientos con pensamientos pesimistas es su pasión al parecer.
—Por cierto...Ese tipo Reiner, ¿quién es exactamente?
—¿Reiner? Ah.— Suspiró.— Es un conocido desde hace mucho. Es más amigo de mi esposo que mio, pero puedo tolerar tenerlo cerca un rato.
—Ya veo.— Acarició la mejilla de la rubia, y colocó un mechón de pelo tras su oreja.
—¿Por qué?
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Ninf*****. [Mikannie] G!P
Fanfiction[Mikannie] Advertencia: Solo para mayores de edad. Temas sensibles. Portada hecha por: Aihara_Yuki.