Capítulo 12

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Miró el techo de la habitación mientras vagaba en su propio mundo.

Ellas yacían recostadas en el tapete rojo del cuarto, sin ropa, sus prendas simplemente arrojadas por ahí.

La sesión de una hora había terminado hace rato, en la cual cinco minutos habían hablado del tema principal, y el resto follando sin vergüenza alguna. En la silla, en el escritorio, en el suelo.

La azabache se acercó a ella y la abrazó, llenando su cuello y hombros con pequeños besos, para después recostar la cabeza entre sus pechos.

Annie la miró de reojo y después al techo.

—Mikasa.— Murmuró.

Ella simplemente movió la cabeza en señal de que continúe.

—Escucha, yo...

—Sé lo que dirás.— La miró.— Sé que no fue el momento, y mucho menos el lugar, después de todo...es tu trabajo "curarme."

Annie desvío la mirada.

—Si...

Mikasa tomó su mano entre la suya, y con la otra la obligó a girar el rostro para verla.

—Aunque, ¿de verdad ese es tu trabajo? —Susurró sobre sus labios y Annie tembló.— ¿Por qué? ¿Por qué está en manos de una hermosa mujer curar a una desagradable adicta al sexo como yo?

Annie pasó saliva. Mikasa se había posicionado entre sus piernas de nuevo, y podía sentir su miembro rozar ligeramente en su intimidad. Además, esa mirada severa realmente la ponía a temblar, y no sabría explicar muy bien en que sentido.

—¿Por qué? —Presionó.—¿No crees que hay algo más?, Annie.

¿Algo más?

¿Algo más de qué? ¿Algo más en su mirada últimamente? ¿En su forma de besarla? Nunca digan algo más sin aclarar qué es.

Se sonrojó.

—Tú...¿sientes que lo hay?, Mikasa.

Unos toques en la puerta las hizo girar, y apartarse de forma inmediata.

—Un momento.—Dijo Annie.

Ambas se levantaron, vistieron de forma rápida y acomodaron lo que pudieron. Annie fué hasta la puerta, y abrió, pero solo un poco, al menos lo suficiente para asomar únicamente la cabeza.

Era Reiner.

—¿Qué pasa?

El la miró de forma rara y rodó los ojos. Mostró su reloj de mano y señaló la hora.

—Hora de cerrar, Annie. ¿Qué esperas?

2:30 PM. Hora de cerrar. Mikasa era siempre la última de sus pacientes, y una vez terminaban la sesión del día, el lugar cerraba. De hecho, hace treinta minutos debieron ir se.

—Si...si, ya voy

—Vale. Hitch y yo te esperamos afuera. Queremos ir a casa.

Se retiró. Annie cerró la puerta y miró a la azabache atrás de ella.

—Annie...

Ella suspiró y por unos momentos no supo que decir, hasta que recordó que ya era momento de ir se, porque Reiner y Hitch las esperaban en la salida.

Miró a la azabache fijamente y abrió la puerta.

—Hablemos de esto otro día.—Dijo ella y se fué.

¿Qué día exactamente?

























[Ninfomana]

Ninf*****. [Mikannie] G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora