Capítulo 14

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Narrador.

Se levantó lentamente de la cama, pero de inmediato volvió a recostarse al sentir un dolor en su parte trasera.

Notó de inmediato que estaba en la cama de su casa, lo curioso es que ella no recordaba para nada lo que pasó anoche, pero supuso que luego de intentar matarla a palos, la azabache al menos tubo la amabilidad de llevarla hasta su casa y dejarla descansar.

Oh, mierda.

Ya lo recuerda.

Como pudo se incorporó de la cama, y se quitó la ropa para verse en el espejo. En efecto, ella tenía chupetes, y marcas bastantes visibles por el cuerpo.

Se colocó los lentes y de inmediato buscó en el cajón un par de pastillas. Si, las del día siguiente.
Tomó un poco de agua y tragó, mientras se examinaba en el espejo. Quizá con una blusa blanca manga larga y un pantalón color negro que tenía por ahí, podría cubrir todo eso.

Lo de ayer fue...Wow.

¿De verdad se dejó manosear por un par de chicas que apenas conoció ese mismo día?

Al parecer si.

Qué atrevida y sucia debió verse.

Miró el reloj, y dejó el vaso en la mesita para comenzar a vestirse. Despertó tan tarde que tal vez ni siquiera le daría tiempo de comer algo ligero.

Se sentó en la cama para colocarse el pantalón y de inmediato se recostó quedando boca abajo mientras se quejaba.

—Me las vas a pagar, Ackerman.

Terminó de arreglarse, tomó sus cosas y pidió un taxi para ir al trabajo. El estómago le gruñó, pero trató de disimular aquello. Jamás había sentido tanta puta hambre en la mañana como ese día.

Al entrar, vió a Hitch y la saludó. Algo extrañada, pues a esta hora ya debería estar adentro con sus pacientes. Aunque que quizá ese día el primero no fué, y por eso estaba tan cómodamente por ahí, esperando al siguiente.

Pasaron a la sala de descanso y Annie se preparó un desayuno con lo poco que había ahí. Por suerte había café, y la verdad es lo que más quería en ese momento. Hitch ya había preparado el suyo hace rato.

—¿Saldrás temprano hoy?—Preguntó Hitch.

Asintió.

—Mikasa me envió un mensaje hace rato, dice que no podrá asistir a las sesiones de hoy.—Comió.

Por suerte, en el lugar donde trabajaban, de vez en cuando dejaban algo de pan, jamón, y bueno ahí estaba la cafetera, precisamente para esos casos donde no había mucho tiempo y debían comer al menos algo.

—Ya veo.—Murmuró.

Annie continuó comiendo en silencio.

—Por cierto.—la miró fijamente.

Annie instintivamente se cubrió aun más la parte del cuello con la blusa.

—¿Qué?

La mirada de Hitch se veía muy seria.

—Llamó tu esposo.

El estómago se le revolvió.

—¿Si? Y...¿Qué dijo?

—Dijo que ayer te marcó al menos unas 15 veces, y ni una sola vez contestaste.

Abrió los ojos con sorpresa. Ayer tubo el celular en mano toda la mañana, y no sonó, después, bueno, salió a comer con Mikasa...luego estubo la orgia.

Ninf*****. [Mikannie] G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora