Parte 1 Sin Título

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Diario personal de Alphonse Elric, 12 de mayo 1846.

Desde que llegué al "Otro lado de la puerta" no había tenido oportunidad de recomenzar mi diario. El que tenía se quedó escondido en mi habitación, en casa de la abuela Pinako y aún me da escalofríos pensar que lo encuentren!

Ayer, después de que nos pagaron por reparar el techo del vecino, Edward fue al pueblo y me compró este cuaderno de tapas rojas, luce un poco caro pero dijo que el precio no era importante.

Ojalá pudiera contar mi historia desde el principio, pero incluso estas hojas no bastarían. Sin embargo te puedo contar que los últimos meses he estado recorriendo Alemania, unos días a pie, en compañía de mi hermano y su novia.

Luego de lo que parecieron unas vacaciones de ensueño en una tierra desconocida, comprendimos que, por el momento no nos sería posible volver a nuestro hogar y nos establecimos en una diminuta cabaña a las afueras de Praga, mucho más sencilla que donde vivimos cuando niños, pero igualmente en el campo.

Mi hermano Ed lleva más tiempo aquí que yo, y conoce más sobre este lugar, actualmente se dedica a hacer todo tipo de trabajos y a sembrar en una huerta que está frente a la casa. Últimamente ha estado de buen humor porque después de una larga separación por fin estamos juntos.

Es complicado de contar, pero antes yo no era un ser humano, no tenía un cuerpo de carne y hueso, sino una armadura de metal. Ya sé, nadie en este lugar va a creer eso posible.

Verás, de donde vengo hay un poder llamado alquimia, gracias a él puedes convertir algo de cierto material, en otra cosa del mismo material, con la misma cantidad y mismos componentes, por ejemplo, podrías convertir un árbol en un mueble de madera y usar tierra (minerales) para los clavos con que fortalecerlo, o podrías usar una roca grande para crear la escultura que quieras.

Sólo hay una cosa que no debes hacer: transformar cuerpos humanos, o transmutarlos, como decimos allá. El punto es que mi hermano y yo rompimos esa regla y en consecuencia yo perdí mi cuerpo entero, mi hermano perdió el brazo derecho y la pierna izquierda.

Hay cosas sobre esta ciencia llamada alquimia, que todavía no alcanzamos a comprender, pero mi hermano pudo recuperar mi cuerpo y como una consecuencia indirecta vino a dar a este lugar, estuvimos separados pero años después logré alcanzarlo, con el cuerpo que me dio, pero no conservo casi nada de los recuerdos de cuando era una armadura. Otra consecuencia fue que los años que pasé encerrado en ella no se ven reflejados en mi cuerpo. Debería tener dieciocho años, pero luzco como alguien de menor, mientras mi hermano que solo me llevaba un año, ahora tiene veintiuno.

Nii-san... bueno, esa es otra de las particularidades de mi lugar de origen, al parecer aquí sólo se llama a los hermanos por su nombre. Me cuesta mucho abandonar esta muestra de respeto, sobre todo porque mi hermano mayor es la persona que más admiro.

Explico esto porque lo más probable es que él sea, la persona más mencionada en este diario, porque es mi mejor amigo y casi no conocemos a nadie aquí, pero aunque así fuera, él siempre lo será, porque el hizo un gran sacrificio para devolverme mi humanidad.

También está Noah claro, ella es simpática y hermosa, creo que los tres hacemos un buen equipo. Nos ha ayudado mucho desde que estoy aquí y mi hermano está loco por ella. Me da gusto que sean felices juntos, aunque no puedo evitar sentirme una tercera rueda.

Creo que eso es todo por hoy, tengo que dormir temprano, mañana vamos a cavar unas zanjas de riego del otro vecino, quien vive a una distancia considerable, así que hay que levantarse temprano. Buenas noches.

13 de mayo, 1846.

Clima: soleado.

Hoy, cuando nii-san despertó, Noah ya no estaba.

Voy a sostenerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora