Rendición.

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23 de mayo de 1846

no es que quiera arrepentirme ni regresar aquel pasado

solo quiero recuperarlo (mi cielo azul)

no quiero ver en tu reflejo

esa expresión abnegada ni de sacrificio (entiéndelo)

Lo que hice ayer... demonios. No puedo ni creerlo, no sé ni como describirlo...

Cuando volví a la habitación de Ed, él  estaba durmiendo... reemplacé el lienzo mojado en su frente y  noté que su respiración estaba agitada a consecuencia de la fiebre. Ayer en el día hubo muchos cambios de temperatura y estuvo trabajando un rato al sol, luego hasta tarde en la calle con frío. Seguro había sido eso. Me quedé viendo el rostro de mi hermano, ¿De verdad era tan duro tener esa relación con él? No... por su puesto que no. Si me quería yo sería para suyo, ¿cómo podía sentirme tan mal? ¿Porqué no podía amarlo de la forma que quería? Él se lo merece. Lo merece todo y yo iba a amar a mi hermano de la forma en que el me lo pidiera, aun a costa de mi cordura o de mi vida.

-Al.

Salté del susto.

-!Demonios Ed! !No me hables así de pronto!

-Hace mucho calor.

-Te quitaré un par de mantas y... !Carajo! ¿En que momento te quitaste la ropa?

-¿Que? ah, seguro lo hice  medio dormido...

Verdad. La ropa de Ed estaba arrugada entre las mantas. Por lo menos tuvo la decencia de no quitarse los boxer. No pude evitar observar su cuerpo, su piel estaba roja por la fiebre. Ed se dio cuenta.

-No te culpo de no querer dormir aquí, no estarías cómodo- Dijo sonriendo. 

 Sentí rabia, Ed no se miraba así mismo como era. Es decir, desde niño siempre lo había admirado,  había querido ser como él, incluso cuando era una armadura, anhelaba ser así de fuerte. Estaba harto de que mi hermano se sintiera mal sin sus automail, pero más harto... de que pensara que lucía mal...

-¿Quién no querría dormir contigo nii-san?- Susurré sentándome en la cama a su lado- Ed... eres una de  las personas mas hermosas que conozco. 

-Oigo lastima en tu voz... ¿Sabes que? mejor déjame solo... 

-!No miento! yo... si me gustas Ed.

- !Sé que no es así! !Tienes una cara de asustado que no puedes con ella!- dijo empujándome lejos suyo , los ojos se le llenaron de lágrimas y se desbordaron por sus mejillas, esa expresión de dolor no la pude soportar, tenía que hacerlo... tenía que parar todas sus dudas de una vez, para siempre.

-Me gustas nii-san, Te deseo tanto que no lo puedo aguantar. Eso es lo que me da miedo.

Si quería hacerlo feliz en verdad,si iba a hacer esto, tenía que hacerlo bien, no me podía permitir ni un momento de duda, tampoco él que me presionara de esa forma... o terminaría por confesarle toda la verdad. Así que tiré mi cuerpo sobre y aplasté mi cara contra la suya. Sentí perderme de amor por mi hermano cuando le dije:

 "Estoy listo."

Sucio...

Ed debajo de mí correspondió el beso intensamente y mordió mi labio inferior mientras abrazaba mi cintura, arqueó su cadera hacia arriba y pude sentir su miembro ya duro palpitando. Creí que iba a entrar en pánico así que rodé sobre mi mismo  para bajar de su cuerpo y quedar a su lado, mi determinación había empezado a flaquear debido al tamaño que percibí en mi hermano.

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