En Pedo

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Entre todos esos adolescentes hormonales entrando al colegio, estaban ese par de amigos inseparables. La familia Buhajeruk le vivía diciendo a Iván, que juntarse con el joven Carrera era malo para él. Rodrigo era un pibe de la calle, él vivía en la calle. No literalmente, solo que se la pasaba callejeando por ahí, haciendo cosas que no debía hacer.

Claramente a Iván le chupaba un huevo eso. Se había encariñado tanto con ese enano ojeroso de ojos verdes, que era imposible alejarse de él, o dejarle de hablar, simplemente se aferró a él, y jamás lo soltó.

Iván era todo lo contrario a él. Era un pibito tranquilo, que se esforzaba por sus notas en el colegio, y que salía a tocar la guitarra en la plaza para ganar un poco de guita, y guardarsela para él.

Cómo decía, ese par de amigos no tenían ninguna intención de entrar a la escuela. Ellos se querían ratear, he ir a cierto lugar.

Se mezclaron con todos esos alumnos y después corrieron por las calles, riendo.

Llegaron al descampado, cerca de una fábrica de jabones abandonada. Jugaron a pelearse en el pasto, y después se sentaron.

—Es una mierda acá — exclamó disgustado Iván.

—Deja de quejarte, idiota — dijo el de ojos verdes, sonriendo.

Rodrigo suspiró.

—¿Te imaginas traer una minita caliente acá para que te haga un pete? — preguntó Rodrigo.—Y tener esta vista — continúo extendiendo sus manos, como mostrando el paisaje.

—Que vista de mierda — dijo riendo.

—Uh que ortiva de mierda que sos — se quejó —La vista no importa, lo único que podría mirar es a esa mina con mi pija en su boca.

Iván ladeó la cabeza, dejando de mirar a su amigo.

—Aunque ahora que lo pienso, la mina no sería tan caliente como verle el culo a tu vieja.

Iván le dió un golpe en el brazo, algo débil, pero fue un golpe y punto.

—Hey, deja de faltarle el respeto a mi mamá, estúpido de mierda — ese tono parecía enojado, y es que lo estaba. Pero para los oídos del otro, eso sonaba tierno.

Rodrigo rió, y se inclinó para darle un abrazo al más alto.

—Sabes que te jodo nomás, boludo — dijo dejándole un besito en el hombro, como muestra de disculpa.

Iván se alejo de él, y saco de su mochila dos botellas de alcohol.

—Vamos a tomar, dale — dijo con un tono algo regañón.

Y así empezaron a tomar, a ponerse en pedo básicamente. Mientras salían temas de conversación algo profundas por el estado de ebriedad.

—Quiero volver a Santa Fe — soltó arrastrando las palabras de tan en pedo que estaba a tal punto.

—¿Porque? — preguntó Rodrigo mientras se dejaba caer en el pasto, mirando el cielo.

—Porque quedaron mis primos y mis amigos allá, los extraño bocha — dijo algo melancólico.

—¿Y me vas a dejar acá? — soltó haciéndose el ofendido.

—Voy a venir a visitarte — tomó otro sorbo de la botella —Por eso no te preocupes.

—Esta bien, y nos vamos a coger a diez pibitas cada uno cuando vuelvas — exclamó.

—¿Tan obsesionado con el sexo estás?

Rodrigo sonrió y asintió, algo orgulloso de eso.

—Tengo dieciséis, obvio que lo estoy, ¿Vos no?

•One Shots• {Spreen×Carrera}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora