Inseparables

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Dabi

Nos encargaron vigilar a los estudiantes de la U.A. todo es aburrido, no hacen más que comprar algunas cosas para el dichoso campamento.

— ¿Por qué tenias que ser mi compañero? —se queja Toga. Eres muy aburrido.

— Si quieres puedo dejarte sola.

— Twice hubiera sido mejor compañía.

— Como digas.

No tengo ánimos de discutir con una loca.

— ¿Será que nuestra jefa me da una oportunidad?

— ¿De qué hablas?

— Es una mujer muy linda. Ya la conocía. Tiene el cabello morado, ojos negros azabache y un cuerpo muy lindo.

— No sabia que te gustaban las mujeres.

— No me gustan, pero ella es la excepción.

— Esto es aburrido.

Decido ponerme la capucha y salir de nuestro escondite perdiendo a Toga.

Una mujer llama mi atención. Camina de la mano con una niña. Se parece mucho a la chica que estoy buscando. Pero es imposible que sea ella.

Pasa a mi lado y por un momento tengo el impulso de tomarla de la mano y lo hago.

— ¡Hey!  —Se queja y me mira asustada. —Suélteme.

— Mierda. — La suelto en cuanto noto el café de sus ojos. — Creí que era alguien conocida.

«Primero Hanako, ahora Okanah»

Me detengo de golpe.

«Llamas moradas, cabello morado»

«Ayúdame Tōya»

Tiene que ser ella, pero tengo que confirmarlo de una puta vez. Sino me voy a volver loco.

Salgo del centro comercial y choco con alguien. No le presto ni la más mínima atención.

Luego de unos minutos llego a la guarida. Kurogori y Shigaraki están en el bar.

Tomo a Shigaraki de la camiseta.

— Tienes tres segundos para soltarme. — Amenaza.

— ¿Cómo se llama la líder? —Espeto sin rodeos.

— ¿Hablas de Okanah? —dice Kurogiri y suelto a Shigaraki.

— Me vuelves a poner uno de tus asquerosos dedos encima y eres hombre muerto. — responde Shigaraki.

— ¿Okanah es su verdadero nombre?

— ¿Por qué tanto afán?

— Responde la maldita pregunta.

— No se me da la gana.

— ¿Dónde está?

— Okanah está terminando su trabajo. —habla Kurogiri.

— ¿Dónde?

—Nadie lo sabe. —Dice Shigaraki tranquilo.— Solo sabemos donde está esta fecha por la madrugada.

— ¿Dónde?

— Cementerio.

Tengo que confirmarlo.

Salgo del lugar a toda prisa y me encamino al cementerio. No tengo problemas en encontrar el lugar donde se supone estoy enterrado.

Al llegar veo el lugar limpio y con algunas flores. Las que llaman mi atención son las azules. No tengo más dudas. Mi hermana está viva.

Miro la jadeíta que traigo colgada en el cuello. Sé que está viva, pero aún así el vacío no desaparece. Tengo que encontrarla.

No puedo creer lo idiota que fui.

Su forma particular de firmar en la escena del crimen.

Siempre empezaba por la H y terminaba en la O.

Las flores azules. Como la flor que le regale en nuestro cumpleaños.

— Soy un idiota.

«Sin embargo... Ella cree que estoy muerto.»

Miro nuestras tumbas. Parece un mal chiste, pero ambos terminamos compartiendo el mismo destino.

Salgo del lugar por primera vez sintiéndome vivo.

«Hanako está viva»

Ahora solo tengo que encontrarla. No voy a ser capaz de esperar hasta que termine con su maldita misión.

Camino por las calles de Tokio mientras pienso por donde empezare a buscarla, pero algo más sucede.

— En últimas noticias...

No puedo hacer otra cosa aparte de maldecir.