꧁༺ 1 ༻꧂

178 19 2
                                    

Tōya

Han pasado 3 años desde que supimos que Hanako era quirkless. Hace un año nació nuestro último hermano menor. Shoto. Tiene el pelo un tanto extraño como Hanako. Dos colores. Solo que su cabello es mitad rojo y mitad blanco, mientras que Hanako tiene dos mechas blancas y el resto rojo.

Ella ha estado extraña desde que empecé mis entrenamientos con papá. Es mi hermana, es mi melliza y prácticamente la conozco de siempre y sé cuándo me oculta cosas. Me molesta que ya no hable conmigo. No soy un adulto que pueda dar buenos consejos, pero quiero que volvamos a ser como los de antes.

Los entrenamientos con papá son geniales. He aprendido mucho de él. Cada día soy mejor usando mi don, pero cada que hablo con Hanako sobre ello se pone mal. Me dijo que había superado el hecho de no tener don, pero estoy empezando a dudar.

Las peleas de mamá y papá ahora son más frecuentes que antes. Y ahora papá duerme en el cuarto de invitados y ni siquiera se molestan en disimularlo. Después de cenar cada uno se dirige a su habitación y se encierra. Sin embargo, algo que me preocupa es la pelea de anoche. Esta mañana ni siquiera se miraron a la cara, ni se dirigieron la palabra en todo el día. Mamá pasó con Hanako, mis otros hermanos con la vecina y yo entrenando con papá.

No he visto a Hanako desde la mañana y ya son las 10 de la noche y no ha venido al cuarto por lo que decido salir a buscarla.

Camino por los alrededores de la casa y la encuentro llorando con una foto de nosotros el día que nació Shoto.

 Hana... — Llamo su atención y se limpia rápidamente las lágrimas.

 Dime Tōya. — Trata de actuar como siempre.

 No sigas haciendo eso. — Me acerco y la abrazo. Siento en el pecho un dolor y no sé porqué. — Hanako dime qué ocurre.

Mi hermana se mantiene en silencio y se aferra a mi camiseta fuertemente mientras llora en silencio. Lo sé porque siento mi camiseta mojarse con sus lágrimas. Me siento impotente. No hago más que abrazarla.

Tōya... — llama mi atención.

¿Si?

¿Siempre seremos hermanos?

Claro que sí tonta.

¿Siempre me vas a querer?

Claro que sí —no dudo en responder. Son preguntas tontas.

Te amo.

Y yo a ti. — Me levanto en cuanto se aleja y la tomo de la mano. — Ven vamos a dormir. Papá me dijo que mañana sería un día importante.

No responde y deja que la guie hasta nuestra habitación. El dolor en el pecho todavía no desaparece.

Tōya... ¿Puedes dormir conmigo?

La pregunta me toma por sorpresa. Es la primera vez en 3 años que Hanako vuelve a pedirme eso.

«Algo anda mal»

Me digo a mí mismo, pero no sé qué.

Claro Hana...

Esa noche dormimos en mi cama como lo hacíamos hace tiempo, pero esta vez fue diferente. Me costó dormir con ese dolor en el pecho.

[...]

Mamá nos despierta a los dos con un beso en la frente.

Vamos niños. Hanako, cariño es hora.

InseparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora