No había aguantado más, después de eso, decidí que lo mejor era salir corriendo como una loca. No importaba nada de como se lo tomarían ellos.
La oscuridad del pasillo me tomó desprevenida.
Mala idea.
Salir corriendo no había ayudado del todo.
Quedé en medio del pasillo en plena oscuridad, sin saber a donde ir y principalmente, sin querer volver.Me abracé a mi misma, agitando mis manos sobre mis brazos en un intento de caricia sobreprotectora, que de protectora no tenía casi nada. Luego de una rato, limpié mi rostro de las lágrimas.
Me quedé en el sitio hasta que una luz me permitió apreciar mi sombra. Susurró un casi inaudible "vamos", pensaba que me regañaría aunque en su voz se notaba una calidez extraña, ¿amabilidad?, ¿comprensión? o tal vez, ¿pena?.
No quise decir nada al respecto, me acompañó hasta la habitación. El recorrido fue silencioso, tanto que se podría oír hasta los grillos de los jardines del castillo.
Llegamos rápido, no me giré a verlo por temor de tener que hablar o dar una explicación de la vergonzosa situación, aunque me reconfortaba el hecho de que si alguien más hubiese presenciado algo así por primera vez, habría reaccionado incluso peor de lo que había reaccionado yo.
—Mañana hablaremos de lo que sucedió ahí dentro —tragué saliva, no quería —Ni creas que te escaparás fácilmente. Te espero en mi oficina a primera hora —con eso, se fue.
Me obligué a no darle más vueltas al asunto e ir a dormir.
Desperté, en medio de la noche.
No podía mover mi cuerpo.
¿Por qué me era tan familiar aquella situación?
La nula luz de la luna, permitía que mis ojos adoptaran una ceguera absoluta.
¿Cuánto tiempo duraría aquello?
¿Pasaría rápido?
Un ruido me sobresaltó, parecía alguien chocando con alguna cosa pero, no tenía idea de que pudiera ser. Mi corazón latió desbocado, era el miedo adueñandose de cada parte de mi ser.
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Cristales Rotos
Fantasy•Primer libro de la bilogía "Cristales" Un rey asesinado, una princesa condenada ... Todos conocían los rumores que el reino de Idront albergaba. Su rey era célebre por muchas razones. Algunos decían que su sadismo y crueldad eran inhumanos, otros d...