Tríada.

Capitulo 1: Entrada

POV Omnsiciente

Dicen que vida solo hay una, pero él tuvo el privilegio de enmendar cosas en una segunda vuelta, así como descomponer otras al ir contra destino; pero si la vida ahora le estaba dando una tercera venida a ella, ¿acaso esto ya era una maldición de parte de Dios por tratar de jugar su papel? Fuera lo que fuere, Takemichi veía nuevamente a su yo adolescente en el reflejo del vidrio de aquel restaurante, pensando porque justo ahora llegaba en el preciso momento antes de la pelea de Mikey y Draken a causa del encarcelamiento de Pah. Todo marchaba justo como en pasados anteriores: Mikey refunfuñando por no obtener una banderita mientras Draken le entregaba una pequeña sacada de su suéter. No es que no le agradara tener una nueva oportunidad o renegara de ello, sino que más bien, justo en ese momento él...

-Que aburrido, ojala pudiera brincarme esto...- menciono el atolondrado héroe mientras esta vez comía unas papas que había pedio al saber que nada interesante podría venir de esa reunión. Solo se las terminaría y por hoy se iría a pensar tranquilamente como manejaría esta bendita nueva oportunidad. Quizá se detendría en el complejo de departamentos de Chifuyu y Baji, tal vez debería empezar con ayuda desde un principio.

Takemichi no era conocido por su gran inteligencia ni percepción, sin embargo esta vez giró su vista hacia la entrada de la cocina, en donde una chica mas parecida a un vagabundo y un chico del personal, discutían y creaban un escandalo que comenzaba a robar miradas a los comensales. Tal parecía que esta vez poseía un campo de visión aún mayor al tener fresco en sus memorias lo que pasaba en cada situación, podía darse el lujo de mirar su entorno por esta vez.

-¡Solo pedí un menú infantil! -gritoneaba-. Y si no me lo dan, ¡no se lo darán a nadie!

Rápidamente la chica logró empujar a aquel hombre cuando este se giró a buscar apoyo por parte de sus compañeros quienes solo se limitaban a mirar la escena divertidos después de que la pequeña se había robado lo que parecía ser todas las banderitas del menú infantil.

-¿Qué acaso...?- el rubio murmuro para si mismo al ver tal embrollo para después girarse a ver a sus amigos a lo lejos.

¿Por eso le estaban negando aquellas banderitas a su líder amigo? ¿Por culpa de una niña de no mas de 16 años? Aunque realmente no podía decir mucho cuando su amigo tenia 4 años más y renegaba por no obtener una banderita, pero esos extremos eran superiores.

Tan absorto se puso por aquella tontería que a penas y logró darse cuenta cuando la castaña pasó por un lado de sus amigos y arranco el juguete del menú de Manjiro y siguió corriendo mientras gritaba que definitivamente nadie tendría ningún juguete si ella tampoco lo poseía.

El rubio se había quedado anonadado y tanto más al mirar que Mikey trato de tomar a la chica por la capucha, antes de ser interceptado por uno de los meseros que venía correteando a la adolescente provocando un estrepitoso choque entre ambos e impidiendo la inmediata persecución contra aquel nuevo personaje.

-Kenchin... voy a matar a esa niña.

-Me robo a mi... ¡a mí! No podrás matarla si yo lo hago primero.

Fue muy a penas lo que alcanzó a escuchar el rubio héroe entre aquellos amigos antes de mirarlos ir con gran velocidad hacia donde la castaña había emprendido su huida.

-¡Qué demonios está sucediendo!- Gritó para si al estar totalmente impactado por el giró de acontecimientos. Si mal no recordaba, ¡nada de eso había sucedido! Ni siquiera sabía quién rayos era aquella niña, ¿Qué fue lo que hizo cambiar tan drásticamente aquel momento? Cuando giró su vista y observo su comida chatarra....- ¡Altere el orden por unas papas fritas!- gritoneo siendo presa del pánico para después ir corriendo en dirección hacia donde iban todos, no sin antes pasar y accidentalmente empujar de nuevo al pobre mesero que a penas se levantaba del choque contra Mikey y ahora sufrir una caída más sucia contra la comida que el ultimó mencionado había dejado.