Capítulo 16: Primera vez.

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POV Omnisciente

El camino de ambos fue llevado con sigiló escaleras arriba dentro del edificio. Ninguno de los dos, titubeo cuando Baji decidió utilizar las escaleras en lugar del -aún- servible elevador, todo con el objetivo de alargar todavía más el camino hacia la habitación de Draken.

Lo siento —. Aún de espaldas, la castaña pudo escucharlo y alzar su mirada mientras seguían caminando ahora por el pasillo. —Quería esperar a que estuvieran los 3 pero...no soporto más que tengas esa mirada, que ni siquiera mes estas gritando ni reclamando.

Pronto el camino recto que llevaban en dirección a la habitación del rubio, fue quebrado cuando el pelinegro termino tomando la mano de la castaña para hacerla entrar a una de las habitaciones del lugar. La poca luz que alcanzó a filtrarse después de que cerraran la puerta, les dejó ver muy a penas sus siluetas y la brillante tela que daba vista al rostro de ambos, envolviendo a la castaña entre ellas cuando Baji finalmente la recargo en la pared percibiendo que muy probablemente aquel cuarto era usado como guardarropas para las chicas que trabajaban ahí.

—Yo, realmente no tenía cara ni voz para enfrentarlos. Les dije cosas horribles para comprarme la falsa idea de que lo mejor era si llegaban a odiarme y más a sabiendas que probablemente no iba a salir vivo de allí.

Y era verdad, a pesar de que el chico estuvo constantemente checando la salud de la castaña sin que ella supiera, la realidad de las cosas es que únicamente fue visto por Draken quien todavía estuvo más tiempo al pendiente de ella y al final, ninguno de los dos dijo nada respecto a la situación y previa traición del pelinegro simplemente por velar más por la salud de la castaña. Pero Baji sabía que incluso a él debía darle explicaciones, por eso había sido aquel el lugar de su elección y los únicos notificados para llegar eran Mikey, Draken y la chica presente frente a él.

Aunque ahora el único y más importante motivo estaba parada frente a él.

—Después de todo el daño que te cause... Ni siquiera sentí el derecho de plantarme frente a ti, aunque me sentía más miserable al no hacerlo.  Al final ni siquiera te culparía si decides no perdonarme, pero ya era hora de que sacara todo esto.

La inmóvil chica gracias a la poca luz filtrada a su rostro pudo constatar en primer plano lo dolido que se encontraba, lo mucho que se había guardado y lo solo que había estado. Escuchar sus palabras fue la primer pista, pero mirar su dolida expresión fue lo que finalmente provoco su llanto. Una a una sus lágrimas corrieron sin poder evitarlo.

—Idiota... —Su voz fue más baja que los golpes que comenzó a dar lentamente contra el pecho del pelinegro —. Imbecil, ¡Eres una completa mierda Baji!

Está vez su puño se estampo de lleno contra el rostro del chico. Sin embargo, para su pesar, las ganas que tenía por golpearlo pronto fueron opacadas por el gran aprecio que sentía por él. Su cariño era tan grande como las ganas de golpearlo, pero en aquella ocasión su cariño gano, al igual que el que él sentía por ella tan pronto como la apreso en sus brazos sin darle la opción de volver a golpearlo. Ni siquiera lo hizo para evitar su merecido castigo, sino porque temía seguirla dañando en el proceso.

—Eres una mierda porque te atreviste a excluirnos, lo hiciste solo, ¡y trataste de morir solo también! Maldito egoísta...

—Lo soy, soy una mierda, soy un egoísta, soy un asco total... Me di cuenta de ello cuando la vida que estaba viendo irse era la tuya y no la mía. Solo pensaba en el sufrimiento que quería evitarles, —fue soltándola poco a poco para sostener el rostro de la chica que aun temblaba entre sus brazos —pero nunca vi el que les estaba dejando. Créeme cuando te digo que me arrepiento de como hice las cosas.

Tríada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora