La Importancia De La Comunicación.

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No sabía cuando ocurrió, pero algo había cambiado, eso era seguro, durante las últimas semanas intentó averiguar el que, pero sin tener éxito

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No sabía cuando ocurrió, pero algo había cambiado, eso era seguro, durante las últimas semanas intentó averiguar el que, pero sin tener éxito.

La primera vez que sucedió acababa de llegar de una recompensa cuando se pasó por el hangar, debía recoger a Grogu y además no le vendría mal una puesta a punto a la nave, por no hablar de que era hora de un buen descanso junto a su hijo.

-¡Mando! Por fin, pensé que no llegarías nunca, supongo que se complicó el trabajo (dijo la mecánica con aire de arrogancia).

-Algo así, ¿Cómo está el niño? (el hombre suspiró).

-Genial, ha estado muy tranquilo, por cierto, me sorprendió que no me dijeras nada, el chico es realmente listo.

El mandaloriano asintió extrañado aunque no le dio importancia, hizo un gesto para despedirse, sostuvo a Grogu y volvieron a la nave.

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La segunda ocasión resultó igual de surrealista, en ese momento habían pasado cerca de Nevarro y tenía pendiente una larga charla con un grupo de Mandalorianos que apoyarían la causa de recobrar su planeta, así que Cara se ofreció a vigilar al pequeño durante unas horas. En cuanto aterrizó la soldado estaba esperando, mientras el niño se encontraba a sus pies jugando con una especie de peluche. El cazarrecompensas saludó con un movimiento de cabeza, a lo que Grogu chilló encantado.

-Gracias por quedártelo.

-No hay de que, me he reído mucho con él, supongo que se nota que está empezando a crecer, ¿no?

Djarin inclinó su casco hacia abajo mientras el pequeño en sus brazos agarraba su pulgar.

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La tercera vez habían vuelto a Ciudad Libre para hablar con el mariscal de un posible trabajo en los alrededores que tuvo al pueblo inquieto durante un tiempo.

Vanth se acercó en cuanto llegaron, saludando con su brazo mecánico y su habitual sonrisa descarada.

-¡Compañero! Me alegro que recibieras la comunicación, siempre es un placer ver ese brillo plateado.

Din rió entre dientes ante el comentario mientras procedían a entrar en la cantina cercana para llevar a cabo su reunión.

-¡Vaya! Mira quien está aquí, al parecer Mando viene acompañado (dijo el mariscal observando la cuna con un tono inocente y meloso). Hola pequeño...

-¡Hola! (Dijo Grogu extendiendo en el aire sus manos diminutas).

El niño había...hablado, el mandaloriano se congeló en su asiento procesando si escuchó bien. Habían estado practicando el lenguaje de señas y varias formas de entenderse sin hablar y hasta ahora se las habían arreglado bien, pero aparte de algunos sonidos aislados, nunca formó palabras.

-No sabía que esta especie podía comunicarse así...(exclamó Vanth sorprendido).

-Creo que yo tampoco...

-¡Entonces es su primera palabra! eso hay que celebrarlo, hablaremos de negocios más tarde.

Antes de que Din pudiera hablar el hombre había comenzado a llenar dos vasos con una sospechosa bebida alcohólica.

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Mando se encontraba sentado en la cama de un hostal con Grogu junto a él, había llegado la hora de dormir y esperaba que una historia lo calmara después de un largo día, aunque no parecía haber suerte.

-Vamos tienes que descansar...

El pequeño hizo un sonido vocálico de disgusto, señalando al otro lado de la habitación.

-De acuerdo, aunque podrías cogerla tú mismo desde aquí...(dijo el cazarrecompensas, resignado).

Din se levantó para alcanzar la pequeña esfera plateada y se la extendió al chico.

-¡Papá! (el niño emitió un suave gorgojeo).

Los ojos de Mando se abrieron ampliamente, tocó el borde de su casco con los dedos y lo depositó descuidadamente en el suelo, deshaciéndose del resto de su armadura, caminó tranquilamente hacia la cama. Acto seguido se acomodó sosteniendo a su hijo, apoyando su frente suavemente contra la del niño. Por primera vez en mucho tiempo se sintió en casa. 

 

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