El frío es solo una fase (Parte 1: Los primeros pasos).

73 30 0
                                    

Las cosas no tenían que ir de esa manera, se suponía que la recompensa no estaba en ese planeta, era un sitio tranquilo, apartado y bastante frío en esta época del año. Las luces festivas del poblado se reflejaban en la armadura plateada de tu compañero creando una visión hermosa. Vuestro pequeño grupo de tres solo quería tener unos días libres antes del siguiente trabajo pero entonces todo se torció.

El indeseable después de reconocer la armadura mandaloriana os atacó, cuando vio que estaba en inferioridad salió corriendo por medio de la nieve, aseguraste la cápsula del niño y lo perseguiste. No tenía muchas opciones y todo parecía estar cerca de terminar pero aprovechó un descuido, utilizando un cuchillo para rasgar tu pierna. Mando no tardó en actuar disparando certeramente.

Din usó un trozo de tela raída de su capa para evitar que perdieras más sangre, te moviste apoyada en él hasta que vislumbrasteis una pequeña cabaña donde poder resguardarse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Din usó un trozo de tela raída de su capa para evitar que perdieras más sangre, te moviste apoyada en él hasta que vislumbrasteis una pequeña cabaña donde poder resguardarse. Te sentaste en la primera silla que pudiste, intentando nivelar la respiración. El mandaloriano estaba utilizando el fuego de una vela perdida en la hoja de un cuchillo y reunía los pocos suministros que teníais.

Para entonces Grogu estaba fuera, a tu lado, mirando con preocupación. Sonreíste con tristeza.

-Cariño te agradezco que intentes ayudar pero no es para tanto, ya estás bastante cansado por el frío, te necesitamos fuerte.

Djarin sostuvo al pequeño con una mano, depositando toquecitos en su espalda para tranquilizarlo y lo devolvió a la cápsula. El hombre se volvió hacia ti, notaste como su voz temblaba un poco.

-Está bien, puedes sostener mi hombro mientras tanto, esto va a ser doloroso.

Hiciste lo que te pidió mientras la superficie ardiendo entraba en contacto con tu herida para cauterizarla, apretaste los dientes para evitar gritar, sonando como un gemido lastimero, por suerte la sensación no duró mucho.

-Lo siento, lo sé, lo sé...(tu mandaloriano susurró suavemente).

Empezó a utilizar una especie de sustancia desinfectante, lo cual supuso incluso un alivio.

-Dijiste que conocías las tradiciones de aquí, ¿puedes contarme más?

Al principio pensaste que estabas sufriendo una especie de colapso ya que era raro que una persona tan práctica como tu compañero sacara un tema así en ese momento, pero comprendiste que intentaba distraerte.

-Bueno (te mordiste el labio) mis padres me las enseñaron, solíamos sentarnos alrededor de mi padre y nos contaba leyendas mitológicas, me gustaría leerlas otra vez pero nunca encontré el libro, es muy antiguo...

-Bueno (te mordiste el labio) mis padres me las enseñaron, solíamos sentarnos alrededor de mi padre y nos contaba leyendas mitológicas, me gustaría leerlas otra vez pero nunca encontré el libro, es muy antiguo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conversasteis un rato más hasta que tu herida estuvo curada y vendada de forma improvisada. Te colocaste en el suelo puesto que no había mucho más disponible.

Mando dejó salir al pequeño que inmediatamente se acurrucó a ti, durmiéndose al instante, mientras tanto él había encontrado una chimenea y algunos trozos de madera que encendió rápidamente para calentaros. También había algunos pares de ropa antigua, lo que resultó útil dado que tus pantalones están rasgados, no era todo lo abrigada que esperarías pero tendría que servir. Parecía que quién viviera aquí simplemente se fue dejando todo atrás.

Tu compañero notó que sostenías tu mano y la acariciabas lentamente con molestia, removiéndote bajo la manta prestada de gran tamaño que estabas usando.

-¿Sucede algo?

-No, solo es el frío, pero está bien.

-Déjame ver...

Se deshizo de tus guantes para ver cómo la piel empezaba a agrietarse levemente.

-Son demasiado finos, tus guantes, usa los míos.

-Din, no puedo pedirte eso.

-Hazme caso, yo estaré bien.

Entonces procedió a quitárselos, dejando entrever unas manos trabajadas pero mucho más tersas de lo que imaginaste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Entonces procedió a quitárselos, dejando entrever unas manos trabajadas pero mucho más tersas de lo que imaginaste. Pero lo que más te llamó la atención fue un pequeño círculo dibujado en el lateral, con forma de diana, junto al pulgar, aquello hizo que te hicieras muchas más preguntas sobre el hombre, nunca pensaste que llevaría tatuajes, a pesar del tiempo que lleváis juntos siempre sorprendía. No podías dejar de mirarlo.

El hombre pareció darse cuenta y se movió, como si no hubiera caído en lo que estaba haciendo. Sus manos siempre te intrigaron, eran grandes y fuertes, precisas. En el tiempo que os conocíais os volvisteis muy cercanos, querías creer que casi como familia, pero la única visión de su piel fue aquellas veces en que lo ayudabas con una fea herida. Se asentó el silencio.

-Puedo preguntar cuando...¿Te lo hiciste? (Nunca supiste cómo simplemente estar y callarte).

-Yo...(el cazarrecompensas era dubitativo) era muy joven, hace tanto que apenas lo recuerdo, era la primera vez que usaba un bláster y la forma me pareció adecuada.

Tú sonrisa se ensanchó, imaginarlo te resultaba tierno.

-Te queda bien.

El cazador simplemente asintió, pero se deshizo de su hombrera derecha, lo cual aprovechaste para apoyarte suavemente hasta que os venció el sueño a la luz del fuego. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mandalorian one shots ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora