¡Hola! pues como indica el titulo este libro incluirá historias cortas sobre nuestro cazarrecompensas espacial favorito y el pequeño Grogu (o baby yoda) ❤
Así que, ¿Preparados para un viaje por una galaxia muy, muy lejana?
Habían pasado varios años desde que se hizo accidentalmente con el sable oscuro, aborrecía todo la responsabilidad que suponía, pero se lo debía a los suyos y no podía incumplir otra promesa, no después de haberse quitado el casco.
Los primeros meses fueron los más duros que había conocido desde su infancia, ya su hijo no estaba y tenía la obligación de reunir a todos los soldados que pudiera para recuperar su maltrecho planeta.
En la actualidad la misión casi había finalizado con éxito, construyeron asentamientos en el planeta y los restos del imperio se enfrentaban a su desaparición. Pero un reducto se negaba a rendirse y estaban fuertemente armados, por lo cual fueron más difíciles de derrotar de lo que el mandaloriano nunca considero.
La batalla era la más fiera que recordaba en mucho tiempo, un gran número de los suyos ya habían sucumbido y Din se encontraba empuñando su espada intentando deshacerse de tantos soldados como pudiera, pero el agotamiento de meses de lucha sin descanso comenzaba a notarse.
De un momento a otro percibió la presencia de algo reconfortante, cálido y amable, como una mano amiga que se acercaba, una sensación que no podía evitar recordarle a...no, no podía pensar en eso o perderían ventaja en el combate.
El antiguo cazarrecompensas ya presentaba múltiples heridas, sintiendo que le faltaba el aire bajo su casco, estaba tan absorto en la reyerta y en los gritos de sus compañeros que no noto que un sujeto indeseable tenía la intención de atacarlo por la espalda. De repente el hombre armado junto con varios de los suyos fueron elevados por el aire y golpeados fuertemente contra el suelo de forma inexplicable.
Din observo la escena desorientado hasta que vislumbro al fondo del campo de batalla una figura encapuchada que desprendía una intensa luz proveniente de su espada y un ser más pequeño que lo acompañaba, envuelto en una brillante aura a su alrededor.
El mandaloriano se deshizo de su casco arrojándolo al suelo y comenzó a caminar lentamente hacia ambas figuras, desprendiéndose en el proceso del sable. Mientras la distancia se iba acortando comenzó a escuchar un sonido vocálico muy familiar.
-¿Grogu?...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
