MOMENTO EQUIVOCADO

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Las noches en la Razor Crest vagando por el espacio nunca eran fáciles, mucho menos con un niño pequeño en el asiento del copiloto, pero por algún motivo durante los últimos dos días dormir había resultado más complicado de lo habitual.

El niño parecía haber contraído una especie de resfriado y estaba inconsolable, llorando durante horas. El mandaloriano había intentado reconfortarlo todo ese tiempo, dando vueltas por el interior de la nave, pero nada parecía funcionar y empezaba a preocuparse, la realidad era que no sabía mucho sobre la anatomía del pequeño y como le afectaban las enfermedades a su cuerpo.

Como último recurso tomó la decisión de aterrizar en un planeta lo más cercano posible y compró unas plantas medicinales que pensó podrían funcionar. Una vez en la nave hizo una especie de sopa y se la sirvió al pequeño, cuando este terminó de comer alzó los brazos hacia Mando para que lo levantase, él obedeció, comenzando a mecerlo mientras recitaba una relajante melodía que recordaba de su infancia. Transcurrido un rato el remedio pareció hacer efecto y empezó a quedarse dormido.

.............

Los días transcurrieron pero aún el niño no parecía encontrarse del todo bien, el mandaloriano se había tomado una pequeña pausa para cuidarlo pero ya no podía mantenerse más tiempo, puesto que necesitaban los créditos. Se le encomendó una cita con un cliente en un pequeño planeta de un alejado sistema con dos soles y se puso en marcha para llevar a cabo la misma. A él no le gustaba la situación pero sin más remedio tendría que llevar al bebé consigo, puesto que nadie de confianza se encontraba cerca de su posición para dejarlo a su cuidado.

La cita fue concertada en una cantina abandonada de una aldea que parecía poco poblada, el cazarrecompensas cerró la bolsa en la que se alojaba el niño lo suficiente para que el cliente no notara su presencia pero dejando una apertura con la que no tuviera dificultades para respirar. El ambiente del local era gélido, haciendo que Mando sintiera un escalofrió, esperaba que el bebé pudiera aguantar lo suficiente. Se sentaron en una mesa polvorienta frente a frente y el sujeto comenzó a hablar.

-La recompensa está cerca de aquí, dada tu reputación no será difícil de alcanzar.

-¿Cuántos créditos mencionó?

-Desde luego no te gusta andarte con rodeos...(el sujeto sonrió de forma sarcástica).

Mientras el hombre hablaba fue interrumpido por un característico sonido que procedía de la bolsa, parecía...un estornudo. En cualquier otro momento la situación habría resultado cómica o incluso adorable, pero ahora dicho ruido hizo que a Djarin se le helara la sangre.

-¿Qué ha sido ese sonido?

-Yo no he oído nada (dijo el mandaloriano con nerviosismo).

-Sí, procedía de...(El sujeto se levantó para observar el costado de Din, donde se encontraba la bolsa).

Djarin intentó mantenerla cerrada pero el pequeño no dejaba de abrirla.

-¡Vaya! Esa criatura es la misma de la que todos hablan, ¿verdad? Con que tú eres ese mandaloriano...

-Eso no importa (contestó Din con evidente desasosiego).

-Claro que importa, pretendía que buscaras a ese hombre porque me debía dinero, pero esto es mucho mejor. Podría llamar para que otros cazarrecompensas vinieran a buscaros, pero podemos hacer un trato, una parte de tu armadura será pago suficiente.

-No voy a hacer eso.

-Tú verás lo que es mejor para tu pequeño amigo.

El cazarrecompensas se levantó suspirando, procediendo a quitarse la armadura con desgana, el cliente lo observaba con la mano posada en el arma de su costado. Din aprovechó la concentración del individuo en los movimientos de su mano para propinar un fuerte golpe en el tobillo que le hizo estremecerse. En segundos, Djarin se dirigió a la parte posterior de la barra del bar para ocultarse y el cliente comenzó a disparar. En cuanto tuvo contacto visual, el mandaloriano disparó al sujeto de forma certera, desplomándose en el suelo.

Mando tenía la respiración acelerada debido a la situación y accedió a la bolsa para comprobar cómo se encontraba el niño.

-¡Chaval, dime que estás bien por favor!

-¡Juup! (El pequeño le observó con ojos muy abiertos y una gran sonrisa, aunque parecía tener frio).

Din comenzó a reírse sonoramente a través de su modulador de voz, apoyó suavemente la parte delantera de su casco contra la frente del niño y lo tapó utilizando su capa.

-No sé que voy a hacer contigo...

Mandalorian one shots ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora