Habían pasado semanas desde que se despidió de aquel al que consideraba como su hijo y se preguntaba cuál era el siguiente paso, el sable oscuro que ahora le pertenecía sin haberlo pedido se encontraba en un rincón perdido de una nave recién adquirida.
Rechazaba toda la responsabilidad que aquello suponía, por lo demás no se encontraba en la situación anímica más propicia para llevar a cabo una misión tan importante, las constantes pesadillas y un dolor de cabeza que martilleaba sin cesar bajo su casco habían acabado por desmoronarle, pero necesitaba mantenerse así que aceptó un encargo en cuanto pudo, quizás eso aplacaría toda duda que pudiera consumirlo.
El sitio en cuestión estaba apartado de casi todo tipo de civilización, el planeta era prácticamente desconocido, estaba en condiciones deplorables y la gente había optado por escapar, supuso que por eso el sujeto escogió esconderse allí.
Golpeó la puerta de un cobertizo empuñando el arma y vislumbró al sujeto, este inmediatamente levantó las manos en señal de rendición.
-¡No dispare! No es necesario usar la violencia, ni siquiera debería estar en esta situación, solo desvelé información de la persona equivocada (dijo el sujeto, aterrado).
El mandaloriano se detuvo a observarlo, el hombre delante de él era alto, muy delgado, su pelo de color castaño oscuro se rizaba en marcadas ondulaciones, los ojos mostraban una pronunciada heterocromía que manchaba el azul pálido.
-Eso es lo que dicen todos (dijo el mandaloriano, comenzando a frustrase por la situación).
-Yo lo dijo en serio, se llama la ciencia de la deducción. Por ejemplo en su cinturón he visto una esfera metálica que parece el soporte de una palanca, pero no hay razón para que estuviera allí salvo que tuviera valor sentimental, ¿me equivoco? ¿quizás un hecho traumático? (el activo parecía desesperado y nervioso).
-¡No se te ocurra seguir hablando! (El cazarrecompensas profirió un grito).
En ese momento sintió que la habitación comenzó a dar vueltas, el dolor regresó y miles de voces se atoraban en su cabeza, la pistola se resbaló de sus dedos.
-¿Se encuentra bien? (dijo el hombre de los ojos claros, dubitativo).
Fue lo último que escuchó cuando todo se tornó oscuro.
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El sol que se colaba por la rendija del cobertizo lo hizo despertar, el activo estaba a su lado, el anterior miedo que se observaba en sus facciones se transformó en preocupación. Su primer impulso fue coger el arma.
-¿Por qué sigues aquí?
-A diferencia de otros yo no podría dejar a una persona enferma, aunque me hubiese atacado (dijo el hombre de forma sarcástica).
El cazarrecompensas bajó el arma, descartando que hubiese ningún peligro.
-La situación es así, luchar no es mi principal habilidad y tú no estás en condiciones, te propongo un trato, la mayoría de la gente me considera muy inteligente, puedo serte útil en tus misiones, además tengo dinero que compensará las pérdidas que puedas tener en este encargo, lo más sensato es que lleguemos a un acuerdo, al menos durante un tiempo, hasta que todo se calme.
Din se quedó pensativo por un instante y consideró sus opciones.
-¿Sabes usar un arma?
-Sí, además sé algunas tácticas de combate. Por cierto mi nombre es Will.
-Din Djarin.
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Mandalorian one shots ✨
Fanfic¡Hola! pues como indica el titulo este libro incluirá historias cortas sobre nuestro cazarrecompensas espacial favorito y el pequeño Grogu (o baby yoda) ❤ Así que, ¿Preparados para un viaje por una galaxia muy, muy lejana?