El manantial (Parte 2): El encuentro.

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AVISO: Este Fanfiction puede ser algo más explícito de lo que suelo escribir.


Cara no sabía cómo habían llegado a esto, se suponía que debían hablar pero ambos siempre fueron gente de pocas palabras

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Cara no sabía cómo habían llegado a esto, se suponía que debían hablar pero ambos siempre fueron gente de pocas palabras. Todo empezó cuando Mando le envió una comunicación pidiendo encontrarse, una vez hubo aterrizado él le sugirió dar un paseo y se pusieron en marcha. El destino resultó ser el mismo planeta frondoso donde se situaba el manantial, solo pensarlo hizo que a la mujer le entrara el pánico.

Al principio el día parecía normal, emprendieron la caminata disfrutando del canto de las aves autóctonas y por último se sentaron observando la cascada mientras el mandaloriano le explicaba cómo había ido la reciente visita del niño. Para entretenerse decidieron usar el tiempo libre como entrenamiento.

El cazarrecompensas usó su lanza beskar mientras ella iba armada con una especie de báculo. Estuvieron un tiempo tanteándose hasta que Cara acorraló al mandaloriano, él se defendió asestando un suave golpe en su pantorrilla que la hizo desestabilizarse, en ese momento Din aprovechó para tirarla al suelo e inmovilizarla entre sus piernas mientras apuntaba a su cuello con la lanza.

-¡Vale, vale! Has ganado (dijo Cara riendo de forma divertida mientras levantaba sus manos en señal de rendición).

Se percató de que el hombre, a pesar de no mostrar la cara, la estaba observando de pies a cabeza, inclinó su mano de forma dubitativa mientras acariciaba el extremo de su cadera, su respiración se mostraba manifiestamente acelerada.

Cara decidió dar el primer paso, así que se enderezó para encontrarse con su casco, dejando las manos un segundo con la intención de que la detuviera si quisiera, él asintió depositando la pieza de metal en el suelo a su lado, entonces la mujer reclamó sus labios en un beso hambriento.

Ella comenzó a luchar infructuosamente con las correas de su armadura cuando el cazarrecompensas se apartó un segundo deshaciéndose de cada pieza con maestría, Cara le correspondió realizando la misma acción con la ropa que la cubría.

La mujer les dio la vuelta con intención de buscar la fricción, quedando encima de Djarin, la acción duró lo que pareció una eternidad hasta que notó como el calor se acumulaba en la parte baja de su anatomía, decidió eliminar la escasa tela que les quedaba con un sonoro gemido, sintiéndose abrumada por la sensación de piel con piel.

Se hundió en él lentamente mientras todo su entorno se volvía borroso, quedándose quieta unos segundos acostumbrándose a la sensación, a continuación comenzó a moverse de forma ruda lo que provocó que Din se mordiera el labio con fuerza.

No pasó mucho tiempo cuando la guerrera cerró los ojos sintiendo un cúmulo de formas brillantes tras sus párpados, Djarin se incorporó aferrándose a ella mientras clavaba las uñas en su espalda, apoyando su cabeza sobre el hombro de Cara buscando un ángulo mejor hasta encontrar su propia liberación, soltando un fuerte gruñido.

Cuando la sensación comenzó a atenuarse Din levantó la cabeza apoyando su frente suavemente en la de Cara, mientras apartaba un mechón de pelo colocándolo detrás de la oreja. Se separaron por un segundo para tumbarse en la fina hierba, la mujer se situó entre los brazos del mandaloriano, acomodándose sobre su pecho.

Al cabo de un rato Mando llamó su atención para contemplarla, Cara pensó que él realmente la miraba como si fuera lo más preciado del universo, aunque a quien quería engañar, la mujer sentía como si pudiera vislumbrar la galaxia entera perdiéndose en esos ojos oscuros.

Pero nadie dijo una palabra, el mandaloriano solo sonrió y exclamó:

-¿Te gustaría darte un baño?











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