"Distancia"

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Un pequeño joven matrimonio vivía normalmente en un pequeño pueblo a las afueras de Londres, eran felices con lo poco que tenían, además la esposa estaba esperando a quien sería su primer bebé.

Cierta pelirroja colgaba la ropa afuera de la casa mientras tarareaba una canción cualquiera, jadeo por sorpresa al sentir a su esposo abrazándola por la espalda.

— Will.. — rió levemente, volteando a ver al pelinegro.

— Ya te dije que no deberías descansar.. — suspiró, acariciando su mejilla con cariño — ¿Estás bien? —

— Por supuesto cariño.. — sonrió — Me siento bien, déjame terminar esto —

— Yo te ayudo — William tomó la ropa restante y ayudo a su esposa a colgarla.

Una vez terminaron con aquella tarea, la pareja entró a su hogar a cenar.

.....

William estaba desayunando mientras leía el periódico, frunció el seño al leer el título del mismo.

— Parece que se aproxima una guerra.. buscan hombres.. — suspiró.

– ¿Sucede algo Will? — la peliroja fue a la mesa con algo más de comida, tomando asiento mientras acariciaba su vientre.

— Solo leía esto.. —

— ¿es malo? — Grell se acercó y leyó el título, se asustó.

— Oye.. oye calmate — la abrazo y besó su cabeza — No vivimos en la ciudad.. aquí no pasará nada de eso.. —

— Lo sé pero.. — La peliroja miró a su marido aún más preocupada.

— Grell, te prometo que no pasará nada malo.. incluso podemos mudarnos a algún otro lado.. donde estemos más seguros — suspiró, posando su mano sobre el vientre de Grell.

— No será necesario.. confío en ti —  hizo un puchero.

Ambos continuaron con el desayuno, tratando de hablar de cualquier otra cosa, como su futuro bebé.

....

Habían pasado algunas semanas, William y Grell estaban sentados afuera de su hogar, disfrutando del clima, hasta que escucharon varios autos llegando al pueblo, otros de sus vecinos salieron de sus casas al escuchar el sonido de todos esos motores.
William se levantó de su silla, se puso pálido al ver militares, estaba pensando en lo peor ahora.

— ¡Señores! — gritó uno de los hombres, probablemente era algún sargento — Mañana deberán unirse al ejército, de lo contrario, tendrán una enorme multa, su presencia es requerida, se les dará algo de dinero mensual a sus familias si asisten —

— Will.. — Grell lo abrazó con fuerza, ella también estaba asustada – t-tu no me puedes dejar.. —

— Hablaré con ellos, no me pueden obligar, yo ya cumplí con mi servicio.. quédate aquí — besó sus labios rápidamente antes de alejarse.

Grell se sostuvo el vientre aún más preocupada, viendo como su esposo y otros hombres del pueblo se acercaban a los militares, miró a su alrededor, incluso ella sentía la angustia de las otras mujeres.

— Señor.. yo.. yo presente mi servicio hace cuatro años.. — William miró directamente al general.

— Esa no es excusa para no participar de esta guerra, es más.. si ya tiene experiencia nos será de mayor ayuda ¿Spears, verdad? Lo estaremos esperando — aquello se sintió como una amenaza.

Lemmon GrelliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora