"Task"

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Una mujer de cabello rojo entraba a la opera, llevaba un vestido largo rojo de cóctel y el cabello recogido con un par de adornos, caminaba con gracia, probablemente a muchos se les hacía raro ver a una dama como ella sin acompañante, no era usual dentro de esos lugares, siempre se venía en pareja.
La pelirroja busco su silla, faltaban al menos diez minutos antes de que el show comenzará, se sentó una vez encontró su puesto, miró a su alrededor, más gente llegaba al lugar y se sentaba.
Pasados unos minutos llegó la persona que se sentaría a su lado, por mera coincidencia, un hombre alto, cabello negro, parecía algo fornido pero no del todo, tenía un toque de elegancia.

"Buenas noches" dijo una vez se sentó, probablemente por cortesía.

"Buenas noches" respondió la mujer, sonriéndole.

Los dos se quedaron callados, pues la opera por fin había comenzando. La historia en esta era simple, una mujer y otro hombre, quizás más, ella se veía muy codiciada en su pueblo. La pelirroja miraba sin mucho interés al espectáculo, debía admitir que los actores eran buenos, el género no era de su gusto, miró discretamente al hombre a su lado, también llego solo, el a diferencia de ella estaba prestando atención, se veía bastante interesado en lo que sucedía.

Pasaron al menos dos horas hasta que la opera acabó, el público aplaudió, después salieron del teatro para disfrutar del pequeño cóctel que se estaba dando.
La pelirroja estaba tomando una pequeña copa, cuando se encontró con el hombre que se había sentando a su lado, ella volvió a sonreírle.

"Parece que nos volvemos a encontrar" bebió de su copa.

"Eso parece... ¿le gustó la opera?"

"Si" mintió, había sido lo más aburrido que haría esa noche "Amo las historias de romance.. que terminan en tragedia.. ya sabe, como Romeo y Julieta, siempre será de mis favoritas"

"Supongo que diré lo mismo que usted, soy un fanático del romance.." suspiró "Esas historias ficticias causan un gran impacto.. ¿no lo cree señorita?"

La mujer asintió con una pequeña sonrisa en su bello rostro, miró a la multitud de millonarios frente a ambos.

"No la había visto por aquí antes" volvió a hablar el hombre.

"Oh.." se mordió el labio "Suelo viajar mucho, no me quedaré en está ciudad tanto tiempo" se excusó.

"Es una pena, aquí están las mejores presentaciones de artes, debería venir más seguido"

"Lo intentare.. ¿Qué hay de usted?"

"¿Yo? Bueno.. vivo aquí, desde siempre, tengo una empresa" suspiró, no le gustaba hablar de trabajo en sus tiempos libres.

"Ya veo" la pelirroja jugaba con uno de los mechones de su cabello "¿Viene solo aquí? Un hombre con su poder debería de estar casado" rió.

"Eso es lo que todos dicen, me divorcie hace siete años" el pelinegro subió el puente de sus lentes, frunciendo el seño "Es algo complicado"

"Lamento eso, fui muy imprudente" Apartó la mirada.

"Me da igual, ya lo superé, fue hace años.. Como sea, no me he presentado" el mayor miró a la mujer "Soy William T. Spears"

"Grell Sutcliff" sonrió, dándole un apretón de mano al contrario.

Los dos se quedaron bebiendo ese vino caro mientras hablaban de la opera en ese rincón, ambos reían de vez en cuando, dejando el tiempo pasar. William paró la conversación al notar que más personas se retiraban del lugar.

"Mire la hora" suspiró "tengo que irme.. ¿quiere que la lleve a su hotel? No es bueno que una mujer como usted camine sola por ahí"

"Me encantaría" sonrió, tomando el brazo de Will, caminando hacía la salida.

Lemmon GrelliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora