"Minino"

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William llevaba 3 años junto a su mascota, un gato aparentemente común, de pelaje pelirrojo, pero mucho más exagerado que el de cualquier otro felino que haya visto, su nombre era Grell y su historia era triste, pues lo encontró unas calles cerca de su casa a punto de morir en una muy mala noche, tenía una semana probablemente y ese simple hecho rompió el frío corazón de Spears, obligado a tener que llevarse a aquel animal, en su momento solo lo cuidaría hasta que tuviese unos 2 meses y se lo regalaría a alguien, al final terminó encariñandose con la criatura.

.....

El pelinegro volvía tarde como de costumbre y era cariñosamente recibido por su adorable mascota, Grell era peludo y bastante cariñoso, en su corta vida jamás había rasguñado a su dueño, solo a quienes intentaban estar a su lado o extraños que se le acercaban con mucha confianza, era territorial y celoso exageradamente.

— Meow — Comenzaba a maullar fuerte, pero adorable, esperando a que William lo tomara en sus brazos y lo mimara, daba vueltas entre las piernas de su dueño.

— Estas más impaciente hoy — Suspiró y se agachó para cargarlo y luego acariciar su mentón — Te he malcriado demasiado — camino a su habitación.

Al entrar dejó a Grell en la cama, encendió el televisor, se quitó la camisa y la dejó en la canasta de ropa sucia, tomaría un baño, cosa que le era difícil, pues Grell no lo podía ver en la tina porque pensaba que estaba muriendo o en peligro y siempre era un dolor de cabeza, maullaba mucho más fuerte de lo usual, era aun peor cuando tocaba bañarlo a el, era una pesadilla viviente.

Pero ese día, creo una estrategia para porfin tomar un baño en paz; agarro una lata de comida cara y de nueva marca, la abrió y la dejó a un costado de su cama, inmediatamente Grell bajó de esta y se acercó a la comida para inspeccionar, unos segundos después comenzó a comerla a gusto y William sin hacer mucho ruido fue hasta el baño, cerrando la puerta con seguro, por fin lo había logrado.

Termino de desvestirse y entro a la tina, el agua estaba tibia, relajó sus musculos, todo era pacifico, tanto que podía quedarse dormido profundamente y sería difícil que alguien lo despertara, sonrió levemente y satisfecho, sin duda los baños serían distintos apartir de ese momento.
No sabía con exactitud cuánto tiempo llevaba metido en el baño, las yemas de sus dedos estaban levemente arrugadas, sería mejor que saliera, se secó y se puso unos boxers.
Escuchó algo callendose, pensó que Grell trataba de romper alguna cosa o lo estaba buscando, abrió la puerta del baño y al salir no había rastro alguno de su gato.

— ¿Grell? — miró a su alrededor y entre los varios castillos y escondites que tenía para el felino — ¿Será que salió..? — miró por una de las ventanas sin éxito alguno.

Fue hasta la cocina y nada, subió a la azotea aún no había rastro alguno del minino, a lo mejor se aburrió, no, Grell no era así, no salía mucho de casa hasta donde el sabía, muy pocas veces y por poco tiempo salía cuando el estaba y menos en la noche.
Escuchó otro golpe, al parecer venía de su habitación, fue hasta ella rápidamente, alzó la mirada e instintivamente agarro una sombrilla, había una silueta de una persona, sobre su cama.

— ¡¿Quién eres?! ¡Llamare a la policía! — Gritó, al perecer eso asustó al individuo — ¡Maldita sea largo! — dió un golpe sobre la cama, recibiendo un "hiss!!" Como respuesta — Pero que mierda.. — Encendió la luz y al ver lo que tenía frente suyo soltó la sombrilla, estaba boquiabierto.

— Grrr — Dos orejas rojas y una larga cabellera, era lo más resultante de esa cosa, también tenía una cola, estaba completamente desnudo y aparentemente erizado.

Lemmon GrelliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora