Lemmon Grelliam

"Lencería"

No sabía como acabó entrando a una tienda de lencería y otros objetos, se supone que solo compraría algunas cosas que faltaban en el departamento que ahora compartía con Grell.

Vio un modelo que de inmediato le recordó a su amado pelirrojo, era un top de tela semi transparente roja con algunas flores que taparian el pecho levemente, una tanga completamente roja y unas medias de encaje rojas con algunas flores cayendo en los costados, se imaginó al carmín usando eso y ya saben en qué situaciones, lo compró y al salir de la tienda ya se había arrepentido, sería algo descortés regalarle aquello a su novio, el siempre fue un hombre decente, ya habían tenido relaciones, pero nunca usando algo parecido a eso, no quería incomodar a Grell o obligarlo a usar eso, no sabía que hacer, tenía la mente en blanco.

Llegó unos minutos después a su departamento, por suerte suya Grell tenía trabajo extra, fue hasta su habitación y sacó la lencería, mirando cada pieza de esta, se sonrojó y con tan solo imaginar a su pareja usando aquel conjunto lo volvía loco, tanto que ya estaba erecto, que demonios le pasaba, el no era así, el no era un pervertido ¿o si? Definitivamente no, estaba completamente mal.

— ¡Wiruu ya regresé! — Grell entró al cuarto alegre, a William no solo se le paró el corazón, lo miró — ¿Que.. que tienes ahí..?  — Grell le miró ¿asustado?

— Yo... esto.. — miró la tanga y luego al pelirrojo repetidas veces, buscando alguna excusa, pero no podía, no tuvo más opción que decir la verdad — Compre esto impulsivamente porque me recordó a ti... Ya sabes... el rojo y las flores..  — se sonrojó.

El contrario se acercó a el y agarró cada pieza de aquella lencería, examinando hasta el más mínimo detalle.

— Me gusta, ¿quieres que me la ponga Wiruu~? — Sonrío morbosamente.

— Si así quieres..  — Miró a otro lado bastante avergonzado.

— Esperame aquí entonces ~ — rió y corrió al baño para cambiarse.

William no sabía que pensar, al menos Grell no se veía molesto por aquello, quizás le sorprendió, pero al menos no habrá pensado nada malo de él.
El pelirrojo salió del baño con la lencería, al parecer le quedaba apretada toda la prenda, sus muslos casi podía salirse de las medias.

Lentamente se acercó al contrario y se sentó encima suyo sonriendo.

— ¿Cómo me queda? — Acarició su pecho manteniendo su sonrisa.

— Te ves bien.. — William quería agarrarlo contra cualquier cosa y hacerle quien sabe cuántas cosas, le parecía extraño estar así excitado.

— Puedes tocar cariño ~ — se pegó más a el, moviendo sus caderas contra su entrepierna — Sabes que no tienes porque ser tímido ~ No me molesta en lo más mínimo ~ —

— Si así lo dices.. — Comenzó a acariciar toda su espalda, besaba su cuello, posaba sus manos sobre los muslos del contrario y los apretaba de vez en cuando.

Grell jadeaba, dejaba llevarse por las caricias de su pareja, disfrutando cada una de estas, extrañaba tener tanta intimidad con su amado.

A William le temblaban las manos, aún se sentía culpable por haber comprado aquella lencería, pero le gustaba lo que veía, no lo podía negar, tenía suerte en que aquel alocado pelirrojo lo amara tanto como para acceder a cualquier cosa que el le pidiera, lo cual lo hacía sentirse como un manipulador.

— Will cariño, ya te dije que esta bien, has lo que quieras, no me molesta ~ — Pegó más su cuerpo al de su pareja y mordió levemente el lóbulo de su oreja.

— ¿De verdad? — el pelinegro miró al contrario algo preocupado — No quiero forzarte —

— No lo estas haciendo cariño, jamás lo harías — sonrío y acarició su mejilla para después besarlo.