Me despierto, otra vez he soñado lo de siempre, las conversaciones con mi abuela antes de irme a dormir.
Me arreglo y voy a desayunar, todos están durmiendo así que me hago lo de siempre y salgo rápido para coger el coche e irme a trabajar.
Al llegar dejo todo en mi escritorio, me fijo en el libro que han dejado encima “The notebook" ya lo han traído, marco el número de Jacob para decirle que ya tenemos el libro.
Viene en seguida y se acerca a mi mesa para que se lo dé.
-Encantado de volverte a ver. Gracias por el libro.
-De nada.
Me mira y sonríe dulcemente.
-¿Te apetecería salir a tomar un café?
-¿Me estás invitando?
-Sí, lo estoy haciendo, si quieres claro.
-Ahora tengo trabajo.
-Si quieres… podría pasarme cuando acabes…
-¿A las dos? No creo que sea buena hora.
-¿Qué tal a las cinco?
-No sé…
-¿Quieres o no?
-Sí
-Me paso por aquí a las cinco en punto.
-Vale
-Hasta luego señorita Evelyn.
-Hasta luego… Jacob.
Sale de la librería mientras yo le observo atentamente, ¿me acaba de invitar a tomar café? Bueno, en cierto modo no me vendría mal tomar un poco de aire.
La mañana va bien, hay muchos clientes, yo me distraigo leyendo el poco rato que me queda para irme a comer y rápidamente acaba mi jornada. Cojo mis cosas y vuelvo a casa.
-Hola Melissa.
-Hey Evelyn, oye… ¿quién era el chico con el que hablabas ayer en el gimnasio?
-Oh, un cliente de la librería.
-Pues parecía muy… animado.
-Sí…
-Bueno, ¿vas a ir a algún sitio esta tarde?
-Sí, he quedado.
-¿Con el chico ese?
-Sí, me ha invitado a tomar un café.
-A ti no te gusta el café.
Melissa ríe y yo le miro sonriendo.
-Ya, pero pido otra cosa.
-A ver lo que pides…
Las dos reímos y yo pongo los platos para comer en la mesa.
-¿No están Alice y Ethan?
-No, han ido a comer por ahí con un amigo de clase de Ethan.
-Ah, ¿Tú no has ido?
-No, no me apetecía mucho, tengo que hacer cosas esta tarde…
-Melissa rechaza una invitación por que tiene cosas que hacer, eso es una novedad, me pregunto qué tipo de cosas serán…
-Voy a ver un partido de futbol que juega un amigo, por eso te había preguntado antes si tenías algo que hacer por si querías venir.
-Ah vale, vale…
Acabamos de comer y vuelvo otra vez a la librería, la verdad es que espero que lleguen pronto las cinco por que estoy realmente aburrida, no hay casi nadie.
Pasa el tiempo mientras leo y observo a los clientes de la librería, abren la puerta y veo a Jacob entrar.
-Has llegado antes.
-Tenía ganas de verte.
-Son las cuatro.
-Corrijo, tenía muchas ganas.
-¿A qué se debe esa ansiedad?
-¿Lo llamarías ansiedad?
-Sí.
-¿Puedes escaparte antes de las cinco o tengo que esperar?
-Tienes que esperar.
-Esperaré.
-Me gusta mucho tu camisa.
-Es de hombre señorita Evelyn.
-No me refería para mí, digo que, te queda bien.
-Un cumplido por tu parte, vaya, gracias.
-Esa camisa es muy cara, a mi amigo Ethan le encantan.
-Puedo pagármela.
-¿Ahora me informas de tu estado económico?
-Bueno, tú me has dicho que es muy cara.
Nos miramos uno al otro a los ojos y sonreímos a la vez.
-Va nos vamos…
-Queda media hora.
-Vale…
-¿Hoy no vas al gimnasio?
-No, tú tampoco.
-Ya.
-¿Te gustan las rosas?
-Sí, me encantan.
-Vale.
Se hace un silencio extraño, Jacob me mira muy sonriente y yo me sonrojo, la verdad es que me sonrojo fácilmente, miro mi reloj y ya es hora.
-Ya son las cinco.
-Por fin. Vamos señorita Evelyn.
Le sonrío y miro el brillo de sus ojos azules.
Cojo el bolso y Jacob me abre la puerta para que pase yo primero, vamos a una cafetería que hay en la calle, está muy cerca de aquí. Es acogedora, está pintada de un color verde en un tono muy bonito. Al llegar nos sentamos en una mesa en el centro de la cafetería.
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Corazones dorados
RomanceDicen que los cuentos de hadas son sólo fantasía, que nada es real, pero siempre hay una gota de verdad en medio de una mentira. Dicen que a través de una mirada puedes saber como es la otra persona, una especie de conexión instantánea. Dicen que la...