¿Quién dijo que sería fácil? #CarlosSainzJr +18

Capítulo 4.

No había dormido tantas horas como lo hice anoche, mis huesos agradecen el descanso y mi mente también, no sabía que lo necesitaba hasta ahora que despierto más descansada y con un peso menos en el cuerpo que no sabía que tenía.

Lo primero que hago es revisar la hora en mi celular y me asusto al ver que es cuestión de nada para que sean las dos de la tarde y yo apenas estoy despertando. Me tomé muy en serio lo de dormir. Pero bueno mi cuerpo lo necesitaba y yo le daré lo que quiera.

Una notificación llama mi atención y restriego mis ojos con el antebrazo para poder ver bien y si, es un correo electrónico de Red Bull Racing, que no me esperaba para nada. Tenia la creencia de que se comunicarían conmigo días antes de que se llegara la fecha estimada para reunirme con ellos, pero al parecer esa reunión va a ser más pronto de lo que imaginé.

"24 de mayo del 2022.

Esperando que te encuentres muy bien Isabella Rose, te hacemos llegar la invitación para que puedas reunirte con nosotros este próximo 26 del presente mes del año en curso. Estamos ansiosos de conocerte y platicar contigo sobre los acuerdos y pautas que conlleva tú estancia con nosotros.
Esperamos tú confirmación para continuar con el protocolo y poder enviarte nuestra ubicación.

Saludos.

RedBull Racing."

Okaaaaay eso fue pronto pero me emociona conocer al equipo ahora y no llegar después con todos y ser una total desconocida, al menos ya habremos recorrido un poco del camino que me espera por delante.

Inmediatamente confirmo mi asistencia y con la misma velocidad me responden adjuntando la ubicación del lugar a donde tengo que dirigirme.

Municipio de Milton Keynes en Reino Unido y celebro mentalmente que esté bastante cerca, si mal no recuerdo son tan solo dos horas de distancia, gracias a Dios que no será un viaje largo.

Ahora con mejor humor y ansiosa por que sea mañana para viajar, me levanto con la única esperanza de encontrar algo para desayunar en la cocina, tengo demasiada hambre y mi estómago que no deja de rugir es la evidencia.

-Hasta que bajas dormilona.-brinco del susto casi tropezando con el último escalón de las escaleras que se encuentra cerca de la sala de estar, mi mejor amiga está sentada en uno de los sofás viendo alguna caricatura sobre unos pececitos que hablan con Theo a sus pies que ni presta atención a la pantalla, él simplemente juega con sus carritos en el suelo.

-Mierda Alana ¿qué haces aquí?.- pregunto sintiendo mi corazón casi salirse de mi pecho, ahora si me ha dado un susto de muerte la maldita. Me agacho para besar la mejilla de mi sobrino quien no me hace caso por seguir jugando con sus juguetes mientras trata de imitar los sonidos que estos hacen con su pequeña boquita.

-Si quieres me voy eh.-contesta indignada y yo suelto una risa observándola para después tomar asiento a su lado y depositar un beso rápido en su mejilla.

-Casi me cago encima tonta. Me alegra que estés aquí. Me encantaría que mi chef personal me haga algo de desayunar.-hago ojitos de cachorro para convencerla, es chef... no se le complica nada, además que lo hace genial y es un placer probar su comida.

-La comida ya está lista, solo tienes que calentarla.-dice presumida y casi chillo de la emoción pero solo me levanto para hacer lo que me ha dicho. Casi se me cae la baba con lo que me encuentro, Lasagna, Dios santo. Salivo ansiosa mientras caliento una porción en el microondas y tamborileo mis dedos con la esperanza de que el conteo atrás termine rápido.- no seas una desesperada.

-Tengo mucha hambre.-me quejo como una niña pequeña viéndola con Theo en sus brazos que al parecer ya se ha aburrido de jugar. Sonrío ante la bella imagen que transmiten. Nunca creímos que esto fuera posible, pero aquí esta.- te ves hermosa de mamá.