Capítulo 8.

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El ruido de alguien moviéndose por toda la habitación no me deja seguir durmiendo por lo que muy a mi pesar y maldiciendo a todo el mundo abro los ojos para encontrarme con Alana vestida y lista para marcharse.

-¿A dónde vas?.-pregunto con voz soñolienta al mismo tiempo que me estiro a lo largo de la cama.

-Mierda.-la pobre voltea a verme asustada para después soltar una risa baja.- tengo un hijo que alimentar y un novio que no puede pasar más de una noche lejos de mi.- Observo la hora en el pequeño reloj que se encuentra en la mesita de noche y casi me da un infarto.

-Son las siete de la mañana, necesito dormir más.-me quejo pero mis deseos se van al caño al recordar que nuestro vuelo a Londres sale al medio día, no tengo tiempo para dormir un poco más.

-Deja la flojera para otro día. Alistate para que desayunes con nosotros, te veo cuando estés presentable.-dice sacándome la lengua y después sale la habitación dejándome completamente sola.

A regañadientes me levanto para darme una ducha con agua tibia que me despierta al instante y mi humor mejora. Es hora de regresar a casa y por primera vez no quiero hacerlo, quiero quedarme aquí y volver a pasar tiempo con el Alemán. Me agrada y estar con él es muy divertido.

Lista para salir en busca de mi mejor amiga recuerdo que no he encendido mi celular desde anoche que llegué y lo conecté al cargador. Con manos ansiosas lo hago y no se de donde viene este sentimiento, la necesidad de querer encenderlo rápido para revisarlo.

Algo me dice que me espera algún mensaje importante. ¿Han experimentado ese sentimiento?. Solamente que no se si es para bien o para mal y eso me preocupa un poquito.

Lo sabía, yo sabía que tenía que revisar mi celular lo más pronto posible.
Releo las veces necesarias el correo electrónico que yace en mi bandeja de entrada del correo electrónico.

Quiero mordere las uñas por los nervios y el desconcierto pero lo único que hago es cruzar mis dedos para que no sea nada malo.

《Isabella Rose.

Requerimos tu presencia en la fábrica de RedBull Racing este dieciséis del presente mes a las quince horas en punto.

Redbull Racing.》

Quiero gritar de la preocupación, esto no significa nada bueno, no hay saludo esta vez. Todo es tan formal y tengo miedo que la reunión sea para mandarme al carajo aún sin haber empezado.

¿Y si Carlos hablo con ellos para no verme más?

No, eso es impensable, el jamás haría eso.

Debe de ser otra cosa ¿pero qué? No sé me ocurre nada más, una invitación al gran premio siguiente en definitiva no puede ser, eso me lo hubieran comunicado mediante una llamada como anteriormente. Debe de ser algo más importante y bastante serio para hacerlo tan formal y misterioso.

Solo espero no sea la anulación de mi contrato porque me voy a querer morir.

Confirmo mi asistencia respondiendo formal y concisa como ellos y no recibo respuesta, tendré que esperar tres días para saber con exactitud qué está pasando. Trato de dejar el tema de lado pero mi cabeza no deja de hacer mil escenarios diferentes de lo que pueda tratar la reunión y en todos termino yo llorando. Si, así de exagerada soy.

Espero que se pasen los días rápido.

***

No pidan nunca que sus días se pasen rápido porque todo es al revés, se me han hecho eternos y el tiempo parecía pasar en cámara lenta pero finalmente hoy es el día y después de algunos ataques de ansiedad y pánico estoy en la fábrica en busca de Emily pero me encuentro a otra persona que claramente no es ella, es una persona mayor y usa unos tiernos lentes que se le deslizan por el tabique de la nariz a cada nada.

¿Quién dijo que sería fácil? #CarlosSainzJr +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora