【 C A P Í T U LO N U E V E 】
❝ los Malasangre ❞
Me sentí como el pico, por dos razones, primero: los poderes de Ra ocupaban caleta de mi energía vital y terminé hecha una de esas gelatinas molidas que ves por ahí tirada en la calle.
Y dos: al parecer, no medimos la cantidad de poder que usamos al crear un campo de fuerza de luz solar... y terminamos quemando a los niños.
Perdón, perdón, perdón, decía Ra una y otra vez desde que lo descubrimos. ¡Estar en tu cuerpo no es lo mismo que el mío, no sé cuánto debo, debemos, usar para los poderes! ¡Perdón!
No fue tan raro el hecho de que un dios creador estaba disculpándose y al borde de las lágrimas, sino que a los chiquillos... no les dolía la quemadura ni pareció hacer algún efecto que notaran, pero la marca roja en su piel estaba, era visible en sus caras, brazos y pecho.
─¿En serio no les duele? ─pregunté por enésima vez, tirada en el sillón donde lograron tirarme, cual ballena varada.
─N-No, nada.
La niña se llamaba Melina, Meli, y era la hermana chica de la Javiera Gonzales, ambas hijas de la humana que está tirada en el living, cuyo nombre no sé... pero no me pasó desapercibido el hecho de que la Meli parecía un tanto, ¿cómo decirlo? Aliviada, de que su mamá estuviera ahí tirada, tipo alfombra, y no pudiera levantarse... y alcanzarla. O, al menos, me dio esa impresión. La cara de pánico cuando le dije que se pondría bien y la forma en la que dijo que se quería quedar conmigo, me dejó un mal sabor de boca.
Nos contaba que su tío la escondió en un compartimiento del piso de la habitación principal antes del ataque. El mismo cuarto oscuro al que iba la vieja poseída y de la que tanto rascaba y rascaba: era a ella a quien querían llegar y la familia intentó impedirlo.
La familia completa... no sé, pero al menos, el tío, el que estaba junto a la madre inconsciente, sí.
─¿Mi mamá estará bien? ─me preguntó y no lo dijo con un tono con el que dijera: oh, vaya, está realmente preocupada por su querida madre. Usó el mismo tono con el que yo pregunto cómo está la economía del país, ¡me importa un pico!
─Ni idea, solo escucho sus corazones... así que están vivos, al menos —su reacción fue solo asentir rígidamente—. ¿Llamaste a la ambulancia, Polo?
─Sí ─el Polo asintió y tomó la mano de la Meli con seguridad─, va a estar bien, Meli, es fuerte... como tú.
Ay, qué lindos.
─Lamento interrumpir este hermoso y trágico momento con mi bocota, la cual pareciera haber pasado por un procedimiento extenso de bótox, pero tenemos que irnos como diría Selena, cagando hostias, Poliwis... la limo afuera es robada, estamos en la escena de un crimen y quemé a dos niños. No se ve bien ante los ojos de nadie y la verdad no ando con ganas de inventar excusas. Me iré presa.
─No otra vez ─murmuró el Polo y se arrimó más cerca de la Meli─, pero no podemos dejarla sola. Está asustada y su familia está aquí, ¿qué dirá?
─No está sola... su mamá está ahí.
─Isi.
─Sí, sí, soy una insensible de mierda que ya está pagando su castigo. ¿Tienes a alguien quién pueda recogerte, Meli? ¿Dónde está tu hermana?
—Um, ella... no sé.
—¿Me estái weando? —dije, con cero ánimos. Polo me fulminó con la mirada. Suspiré—. Ya, perdón, de casualidad, ¿conoces a un semiloba? Estuvo aquí ayer y fue la última vez que fue vista, ¿acaso el demonio se la llevó?
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Descendientes de sangre, tormenta y espina. | SAGA ULTRAMUNDO - 1 |
FantasyIsidora es una adolescente normal... bueno, casi. Es una mestiza, mitad humana y mitad demonio, desordenada, malhablada y un completo cero a la izquierda a la hora de tratar de nivelar su vida humana y su vida ultramundana. Por no decir que es un as...