| 𝐗𝐈𝐕 : ¿quién es la hija de Lucifer? |

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【 C A P Í T U L O   C A T O R C E 】

 ¿quién es la hija de Lucifer? 


—Tengo información que quizá le pueda gustar. —tentó Pancho.

Lilith lo miró por sobre su hombro.

—¿Qué información? Si no es sobre la Heredera del Sol, no me interesa. Esa es la única razón por la cual estoy en estas apestosas tierras —remilgó como una niña, luego se descruzó de brazos y se apartó del enorme ventanal. Pancho alcanzó a asomarse un poquito, pero con solo ver las condiciones de cómo tenían a los híbridos, se le revolvió el estómago y siguió a Lilith hasta el mini bar de la oficina.

—No, no... —dijo—, es sobre otro tema.

—¿Sabes por qué te mantengo a mi lado, Francisco Ortega?

—¿Porque soy muy bueno dándole información? —tanteó.

—No —ella cortó, tomando una elegante botella de whiskey—, porque tu bar es uno de los pocos que deja entrar demonios. El único portal y la única entrada que no alcanzan a registrar las brujas de esta región de Chile. En pocas palabras, eres como un comodín.

—Me honra que me use así, señora.

—Pero... eres un incompetente. Un súcubo que no sabe manejar a sus simios. ¿Qué es eso de que salieron a cazar a alguien? ¡Ni siquiera pasó un día y ya hay quejas de ultramundanos!

—S-Sobre eso le vengo a hablar. Cazan por una razón.

—¿Qué? —chilló el demonio dentro de ella. Pancho saltó, sintiendo el miedo recorrerle cada rincón del cuerpo.

Los ojos de Lilith se llenaron de sangre y sus irises se tiñeron de verde.

Hija de la Envidia.

—C-Cazan a la hija de Lucifer.

Lilith lo miró unos segundos y luego volvió a su tarea de servirse licor.

—¿Y?

—¿Cóm que «y»? —detuvo su tono insolente cuando ella siseó—. Me refiero, ¿no que Majandra ha sido un rumor muy cotizado en el Infierno? ¿No sería un bonus tenerla en sus manos, señora?

—¿Bonus de qué? Lo que más me preocupa ahora es la Bruja —bebió en el momento exacto en que un grito se escuchó desde el patio—. Tiene una mano sobre mi cuello y si me descuido un poco —rompió en pedazos el vaso de vidrio—. Suficiente tengo con que Lucifer me castigó como para preocuparme por otro maldito demonio. ¿Entiendes?

—Sí, sí... yo...

—Majandra sin duda es algo llamativo —dijo—, pero no de prioridad, así que cancela esa caza y tráeme más híbridos.

—¿No tiene suficientes ya?

—Quiero más.

—Usted siempre quiere más...

—Ya llegué, después de todo, para poner un orden en este desastroso grupo. Grimmwolf anda vagando por ahí con sus chuchos y Fabrizio nos abandona porque debe hacerle creer a su tonto consejo que aún es fiel a ellos —rió con delicadeza—. Y no hablemos de Manny y ese duende, quienes no hacen nada más que jugar con la rata mutante que les dio Lamaštu.

—¿Rata mutante?

—No te preocupes por eso.

—¿Okey?

—Pancho —su voz ronroneó y él estuvo pronto a su merced, a dos latidos de besarle los pies—. Necesito más. ¿Acaso crees que los usamos a todos? Acércate —ambos se pusieron en el ventanal, el cual daba a una fábrica gran dividida en secciones; un lado tenía camillas donde doctores hipnotizados y brujos estudiaban a los híbridos; por otro lado, estaban las jaulas y en otro, los híbridos que serán vendidos—. No tienes idea la cantidad de gente que compra híbridos. No solo por el mero capricho de decir que tienes un esclavo mestizo... sino por su magia. Nos quedamos con la mejor selección, ellos tienen un rango de éter más fuerte que los otros.

Descendientes de sangre, tormenta y espina. | SAGA ULTRAMUNDO - 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora