Capítulo (7)

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NARRADOR OMNISCIENTE

Luego que salieron de la casa del ojiverde, decidieron ir a la del rizado. Durante casi todo el trayecto que ameritaba recorrer hasta la mansión de los Pimentel, él pequeño chico de ojos verdes iba en total silencio. Él rizado, lo notó y con un pequeño suspiro decidió tratar de hacerlo hablar.

-Chiquito, ¿qué pasa?- Erick, parpadea un par de veces.

Sube su mirada tímidamente y lo mira abultando sus cachetes.

-¿No quieres ir a mi casa?, ¿te da ansiedad ir sólo?. Podemos volver sí quieres- negó inmediatamente.

-Yo... Sólo, no entiendo muchas cosas-

-¿Cuáles cosas, amor?- las mejillas del menor se sonrojaron fuertemente.

Desvío su mirada apenado, él sólo veía qué esa palabra la usaban mucho en las películas románticas, cuándo se referían a las personas con sentimientos amorosos.

-Esas cosas- murmuró sin verlo.

-¿Qué cosas?-

-M-me dices cosas lindas, y mi estómago duele- Joel, evitó soltar una carcajada.

Su corazón empezó a latir fuertemente, al entender las palabras del menor, estaba tratando de decir qué sus sentimientos eran iguales. Qué él también estaba enamorado.

-Eso es normal, bebé. Yo también lo siento ¿sabías?- Erick, negó confundido.

-C-cuándo me dices "Joey", o simplemente me miras con tu carita hermosa, siento qué mi cuerpo entero empieza a temblar-

-¿Estás enfermo?, ¿yo te enfermé?-

-No chiquito, eso lo sentimos cuándo estamos enamorados de otras personas-

-¿Estás enamorado?-

-Estoy completamente pérdido por
ti- Erick, iba a volver hablar, pero el carro deteniéndose hace que sus palabras lo hagan también.

-Llegamos, bebé- él ojiverde asiente.

Sin esperar que le abrieran la puerta del coche, él lo hace y se baja de un salto.

Joel, sonríe mientras niega con la cabeza, se adelanta y abre la puerta de la mansión colocando cinco dígitos en el panel de entrada.

-Pasa, Chiquito- Erick, asiente tímidamente.

Él ojiverde, se adentra a la mansión procurando no tropezar nada, todo era muy bonito y él no quería destruir las cosas con su torpeza.

Joel, sonríe mientras lo sigue detrás. Llegan hasta la sala y él rizado lo detiene.

-Chiquito, esperame aquí. Papá, querrá verte. Voy a llamarlo- Erick, asiente desviando su mirada.

Joel, lo ponía muy nervioso, cada vez qué estaba cerca suyo, sus manos no dejaban de sudar, y eso era algo qué no entendía.

Él ojiverde, se queda en la misma posición mirando todo curiosamente. La mansión de los Pimentel, le parecía a esos castillos de los cuento que tanto leía, pero lo mejor de todo era qué.

Joel, era su príncipe.

-Pequeño, Erick- la voz del señor Pimentel, provoca qué pegue un pequeño brinco.

Erick, lo mira un poco asustado, odiaba cuándo alguien lo llamaba bruscamente sí antes decirle qué estaría ahí.

-Lo siento, mi intención no fue asustarte hijo- Pimentel mayor, se reprende mentalmente a no acordarse de lo sensible y susceptible qué era él menor.

Chiquito (Joerick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora